El Pentágono asegura que de mayo de 2023 al pasado 1 de junio de 2024 su Oficina de Resolución de Anomalías recibió 757 avisos de ovnis o fenómenos aéreos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés). Los jefes militares de Estados Unidos reconocen que «definitivamente hay anomalías», pero no hablan de un vínculo con lo extraterrestre.

El informe de la oficina dedicada a las anomalías avistadas en los cielos de Norteamérica se conoció sólo unas horas después de que fuera noticia la especie de paranoia que vive el país por el avistamiento de misteriosos drones. Algunos hablan de ovnis, o sea, fenómenos aéreos no identificados, literalmente, y otros de la presencia aérea de los enemigos del país.

La respuesta acaban de darla la Casa Blanca y el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, que se ha reunido CIA, el FBI , el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Defensa: son drones de particulares que operan legalmente.

El portavoz de seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, ha explicado que en EEUU hay más de un millón de drones registrados en la Administración Federal de Aviación, «y miles de drones comerciales de aficionados y de las fuerzas del orden que están legalmente en el cielo un día cualquiera».

Por su parte, Sabrina Singh, portavoz del Pentágono, ya señaló la semana pasada que el Departamento de Defensa no tenía «ninguna prueba» de que los drones sean «obra de un adversario extranjero». «No hay ninguna amenaza evidente que provenga de ningún lugar», ha afirmado, por otro lado, la representante demócrata de Pensilvania Chrissy Houlahan, después de la reunión de este martes.

Los avistamientos más recientes han tenido lugar en diversas partes de los estados de Nueva Jersey, Nueva York y Pensilvania. En el primero de ellos se viene denunciando la aparición de drones o cosa parecida desde el pasado 18 de noviembre.

Fue allí donde se observaron por primera vez estos extraños fenómenos aéreos no identificados: luces que surcan el cielo desde el atardecer hasta el amanecer. Decenas de testigos han declarado haber visto drones en todo el estado, incluso cerca del Picatinny Arsenal, una instalación militar de investigación y fabricación, y sobre el campo de golf de Donald Trump en Bedminster.

Tantas han sido las «anomalías» vistas que el presidente electo ha pedido tomar medidas ya. «Misteriosos avistamientos de drones en todo el país. ¿Puede esto realmente estar sucediendo sin el conocimiento de nuestro gobierno? ¡No lo creo! Háganselo saber a la gente, ahora. De lo contrario, ¡¡¡derríbenlos!!!», dijo el futuro mandatario en su red social, Truth Social.

Cuando los periodistas le preguntaron el pasado viernes sobre drones y/o ovnis insistió: «Algo extraño está pasando… Por alguna razón, no quieren decírselo a la gente». Y luego añadió: «Están muy cerca de Bedminster. Creo que quizá no pase el fin de semana en Bedminster. He decidido cancelar mi viaje».

En cambio, Biden le quiso quitar hierro al asunto desde el principio. Desde los avistamientos de noviembre lo que hizo fue encargar a sus agencias que averiguasen qué estaba ocurriendo. De este modo, el Pentágono, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) han estado investigando.

El FBI asegura haber recibido más de 5.000 denuncias en las últimas semanas, y sólo «unas 100» se han considerado lo suficientemente creíbles como para requerir una investigación adicional.

Es el demócrata de mayor rango político fuera de la Casa Blanca que exige respuestas a al Pentágono, el DHS y el FBI. Schumer quiere saber «qué demonios está pasando» porque, dice, «si existe la tecnología para que un avión no tripulado se eleve en el cielo, sin duda hay tecnología que puede rastrear la nave con precisión».

Entretanto, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, ha anunciado un proyecto de ley que proporcione a las fuerzas de seguridad locales más herramientas para la detección de drones.

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