Cada año, durante enero, la Tierra alcanza su velocidad máxima en su órbita alrededor del Sol. Este fenómeno, conocido como perihelio, ocurre cuando nuestro planeta se encuentra en el punto más cercano a nuestra estrella. En ese momento, la velocidad orbital de la Tierra llega a aproximadamente 110.700 kilómetros por hora, una consecuencia de la mayor fuerza gravitatoria que ejerce el Sol debido a la proximidad.
El perihelio es un evento astronómico que forma parte del equilibrio natural de nuestro sistema solar. Según las leyes de Kepler, la órbita de la Tierra no es perfectamente circular, sino elíptica, lo que provoca que su distancia al Sol varíe a lo largo del año. Durante el perihelio, la distancia entre ambos cuerpos se reduce a unos 147 millones de kilómetros, mientras que en el afelio, el punto más lejano, esta aumenta a 152 millones de kilómetros.
Este acercamiento al Sol no tiene un impacto directo en las temperaturas terrestres. Aunque podría parecer lógico asociar esta proximidad con temperaturas más cálidas, las estaciones están determinadas por la inclinación del eje terrestre y no por la distancia al Sol. Por ello, en el hemisferio norte, el perihelio coincide con el invierno, mientras que en el hemisferio sur ocurre durante el verano.
A pesar de su importancia científica, el perihelio pasa desapercibido para la mayoría de las personas, ya que no genera cambios visibles en nuestro día a día. Sin embargo, es un fenómeno crucial para entender la dinámica orbital de la Tierra y cómo este equilibrio garantiza las condiciones necesarias para la vida en el planeta. La mayor velocidad orbital de la Tierra durante este período es un recordatorio de la precisión con la que funcionan las leyes físicas que gobiernan el cosmos.
El perihelio también nos invita a reflexionar sobre la importancia de los eventos astronómicos que, aunque no siempre perceptibles, tienen implicaciones significativas en la estabilidad de nuestro planeta. Este fenómeno demuestra cómo la combinación de fuerzas gravitatorias y leyes orbitales permite que la Tierra mantenga su trayectoria de forma regular y predecible.
Comprender el perihelio y otros eventos similares refuerza la relevancia de la astronomía en nuestra vida cotidiana, ayudándonos a valorar no solo el funcionamiento de nuestro sistema solar, sino también nuestro lugar en el universo. Estas observaciones científicas no solo expanden nuestro conocimiento, sino que nos conectan con la inmensidad del cosmos y los procesos que lo rigen.
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