¿Será que al estar instalado por algunos días en la remota Isla de Pascua, conocida también como el Ombligo del Mundo (Te pito o te henua), esta pluma está más sensibilizada para percibir los efectos de los últimos acontecimientos a nivel mundial, especialmente aquellos relacionados con la evolución de las ideas y tendencias políticas? Obviamente sí; la tranquilidad que ofrece la isla más aislada de la tierra, permite una perspectiva de las cosas donde pierden fuerza la chimuchina, el comidillo, y el morbo alimentados a nivel nacional por medios de comunicación, matinales, y por los opinologos que “de todo hacen un festín”.

Lo anterior no evita que pasen desapercibidos casos como: el viaje del Presidente al Polo sur, que fue exitoso porque lo organizó la Fuerza Aérea y no los “sagaces” asesores del gobierno, esos mismos que formalizaron la compra de la casa de Salvador Allende; que no sea de la mayor gravedad la desaparición de los registros de las cámaras del día aquel en que el exsubsecretario Monsalve se viera envuelto en la violación de una funcionaria (algo similar a lo que pasó con la grabaciones que inculpaban al ex alcalde Jadue en actos ilícitos), y; el guirigay en que se ha transformado el proyecto de reforma de pensiones…

Todos hechos graves, cuya casuística sólo confirma que “este país navega a la deriva” y que quienes tripulan el poder son incapaces y además corruptos.

Aclarado lo precedente, sugiero a mis inquietos contertulios volver la vista a lo que está ocurriendo a nivel mundial, que sin duda tiene y tendrá importante gravitación en nuestra realidad política: la caída del Premier de Canadá Justin Trudeau, sumado a hechos en Alemania, Austria, España, Francia, Brasil y otros países del mundo, indican una marcada tendencia a rescatar los principios de la Sociedad de la Libertad y abandonar definitivamente la cultura Woke impulsada por una izquierda radical… en pocas palabras, el fracaso del “Mundo Progre”.

Este fenómeno es hoy una realidad. “La cultura woke se desmorona irremediablemente”, tanto así que, en el mundo político y también en el mundo privado, ya se escuchan expresiones como “Get Woke, Go Broke” (hazte woke, arruínate), advirtiendo que la inclusión forzada o impuesta afectan la libertad, la igualdad de oportunidades, la moral de mérito, e incrementa la discriminación, entre otras cosas, generando creciente oposición entre quienes verdaderamente creen en la libertad.

Por lo dicho, no cabe duda que en EE.UU. y Europa “soplan vientos de libertad”, y no debieran demorar en llegar a nuestras latitudes. Lo confirma el anuncio de Mark Zuckerberg, conductor de Facebook e Instagram, de eliminar el uso de verificadores y dejar la exactitud de las publicaciones en los usuarios, porque los moderadores eran «demasiado tendenciosos políticamente» dado lugar con frecuencia a una verdadera censura… concluyendo que “es hora de volver a nuestras raíces en torno a la libertad de expresión».

Así las cosas, esta optimista pluma termina tarareando esa vieja canción de los Iracundos__…/el mundo está cambiando, y cambiará más/. _

Por Cristián Labbé Galilea

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