Al menos desde que existe la norma, incluida en las reformas constitucionales de 2005, las autoridades parlamentarias no tienen recuerdo de que alguna vez haya sido necesario que un Presidente de la República obligue al Congreso a sesionar.
Si bien de vez en cuando los gobiernos hacían advertencias, en términos populares, la “sangre nunca había llegado al río”, ya que las mismas bancadas parlamentarias siempre se allanaban a sesionar voluntariamente, a veces a regañadientes, ante algún requerimiento extraordinario de La Moneda.
Sin embargo, a pesar de que la mayoría de los comités de la Cámara de Diputados estaban dispuestos a sesionar la última semana de enero, que según calendario estaba destinada al trabajo en terreno (semana distrital), la bancada del Partido Republicano, representada por los diputados Luis Sánchez y Cristián Araya, no dieron la unanimidad para que en esos días se votara en último trámite la reforma de pensiones.
Ante ese escenario, el ministro secretario general de la Presidencia, Álvaro Elizalde (PS), anunció que el Presidente Gabriel Boric recurrirá a la potestad establecida en el artículo 32, número dos de la Carta Fundamental, que señala que el Mandatario puede “pedir, indicando los motivos, que se cite a sesión a cualquiera de las ramas del Congreso Nacional. En tal caso, la sesión deberá celebrarse a la brevedad posible”.
“El Presidente va a hacer uso de la atribución que le confiere la Constitución para solicitar que se convoque a una sesión de la Cámara de Diputados para que se vote la reforma previsional”, dijo Elizalde este jueves, ratificando el interés de que la iniciativa sea a despachada a ley durante enero. En caso contrario, el proyecto podría quedar postergado para marzo, en vista de que el Congreso entra en receso durante febrero.
Veto republicano
La traba originada en la Cámara se suscitaba porque el reglamento de los diputados exige el acuerdo de todos los comités para suspender la llamada semana distrital. Ello daba a los republicanos -que no tienen votos suficientes para rechazar el acuerdo previsional alcanzado en el Senado– un poder de veto para postergar hasta marzo la discusión de esta reforma, que, a juicio de ellos, es perjudicial para el país.
En subsidio, el plan inicial de la mesa de la Cámara, encabezada por la diputada Karol Cariola (PC), era sesionar este viernes y este sábado, en uso de sus facultades reglamentarias, ya que la presidenta de la corporación puede citar a sesiones mientras no sea en semana de trabajo en el territorio.
No obstante, el retraso del Senado para despachar la misma reforma, echó por tierra esos planes. La Cámara Alta acordó tentativamente votar el proyecto de pensiones entre lunes o martes de la próxima semana para darle tiempo a la Comisión de Hacienda, que ha discutido minuciosamente las implicancias fiscales de la iniciativa.
A diferencia de los diputados, los senadores no tenían inconvenientes para sesionar en los últimos días de enero. De hecho, los comités del Senado habían acordado con anticipación, en forma unánime, suspender el trabajo territorial (semana regional).
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