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El partido comenzó con La Roja tratando de manejar la pelota y ganar metros con la posesión, ante un equipo charrúa mucho más vertical.

Y eso lo demostró a los 7′ cuando Thiago Helguera generó una estupenda acción individual descolgándose al ataque, combinando con Petit y cuando lo bajaban en el área a la hora de la definición, apareció  Renzo Machado para pegarle un puntazo y colocar el 1-0.

Esto tranquilizó al once en cancha que con la ventaja manejaba las acciones y se acercaba al segundo que pudo llegar apenas pasados los 10′ con un zapatazo de Lavega que tapó Sáez, dio en el travesaño y salió.

Pero la reacción de los chilenos llegó rápidamente, al cuarto de hora de acción, cuando en una falla defensiva los de Cördova llegaron a la igualdad. Un centro desde la derecha de Benjamín Aravena que sobrepasó los intentos de despeje de la defensa, bajó y definió con calidad Emiliano Ramos para el 1-1.

El equipo uruguayo mostraba dos caras bien marcadas, una importante para atacar con Calcagno, Petit pivoteando y siendo descarga, lo que exigía Machado y el uno por uno de Lavega, pero ciertas fallas a la hora de marcar, como sucedió en el gol del empate.

Los minutos corrían y todo se emparejó, con dos selecciones con el libreto aprendido y momentos de cercanía que no podían concretar. Así pasó una buena acción del propio Ramos cuyo disparo se fue alto, mientras que Lavega, con centros desde la izquierda, no encontraba precisión.

Sobre el final, otra corrida de Ramos, una vez más, quien no pudo acomodarse para sacar el zapatazo. Empate a uno y al descanso.Imagen

En el complemento los celestes siempre apostaron a ser protagonistas en el manejo del balón y las intensiones, pero encontrando poco acierto a la hora de ser profundos.

Lo mejor venía cuando Helguera y Petit tomaban contacto con la pelota que apostaban a algo diferente ante un contincante bien dispuesto, seguro y aplicado.

Nico Cördoba, que había dejado en el banco para darle un descanso a Francisco Rossel lo mando a la cancha en sustitución de Benjamín Aravena, que no aportó mucho

A su vez, Fabián Coito decidió mandar a la cancha a Agustín Albarracín por Bruno Calcagno para potenciar la velocidad y desborde por derecha, cuando llegó otro gran oportunidad para Chile. Un hermoso pase largo encontró lanzado a Emiliano Ramos que se metió al área pero su disparo se fue ancho.

Otros tres cambios en Chile: Ignacio Vásquez, Leandro Hernández y Felipe Faúndez por Damián Pizarro, Matías Pérez y Javier Cárcamo.

Las modificaciones obviamente obedecen al cansancio de un equipo que jugó hace 48 horas, contra un rival absolutamente fresco.

Se entró así a los 10 minutos finales con Uruguay presionando y busvando la victoria, pero topándose con la muralla infranqueable del arquero chileno, Ignacio Suárez, convertida otra vez en gran figura, al igual que ante Venezuela.

Su mejor intervención fue ante un remate de Crucci, que recibó volcado por derecha y haciendo la diagonal para ejecutar de zurda y hacer volar al meta chileno para evitar el segundo.

Pero, lo que no pudieron los delanteros uruguayos lo consiguió impensadamente el goleador chileno Juan Francisco Rossel, que en la última pelota que cayó sobre el área chilena en su intento por despejar de cabeza la clavó en un angulo.

No hubo tiempo para más. Los jugadores chilenos intentando recuperar a un destrozado Rossel y los uruguayos celebrando un triunfo que les cayó del cielo

El próximo partido de Chile será el lunes venidero enfrentando a PerúImagen

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