Hace pocos días se completó un año desde que Johannes Kaiser anunció que presentaría su candidatura presidencial a las primarias de la oposición. Entonces no había aparecido en ninguna encuesta, nadie pensaba en el diputado que había abandonado el Partido Republicano por su posición contraria al plebiscito del texto constitucional defendido vigorosamente por José Antonio Kast.
En las preferencias espontáneas para presidente de la encuesta Cadem en enero 2024 comenzaba a liderar Evelyn Matthei con 16%, seguida de cerca por Kast con 14%, secundados por Piñera y Bachelet con 5%. No aparecía Kaiser entre las personas vistas como presidenciables, pues la lista se cerraba con 1% para Parisi, Carter y Jadue.
Transcurrido un año, la misma Cadem sitúa a Johannes Kayser (10%) levemente por encima de quien fuera su candidato presidencial en 2021, José Antonio Kast (9%), ambos muy lejos de Matthei, que comienza el año de la elección presidencial con 23% de preferencias espontáneas y con un resultado favorable de 58/21 en una hipotética segunda vuelta contra Kaiser, a estas alturas conocido por 59% de los chilenos, de los cuales 42% lo evalúa positivamente y 52% negativamente.
Después de la vertiginosa instalación de Javier Milei y su arrollador triunfo presidencial en Argentina en noviembre de 2023 se incubaron las preguntas de quién era el candidato a jugar ese rol en Chile y qué posibilidades había de que se repitiera el fenómeno argentino en nuestro país. La primera interrogante está siendo respondida: Johannes Kaiser.
La marca Kaiser se había hecho bastante conocida en medios intelectuales y políticos por las columnas, entrevistas y libros de otro de los 6 hermanos Kaiser Barents-Von Hohenhagen, Axel, profesor universitario y activista del libertarismo, quien incluso había transparentado sus intenciones de presentarse como candidato presidencial en el futuro, reforzado por la victoria de Milei, a quien lo une una estrecha relación de amistad. El apellido sonaba también por Vanessa, elegida concejal de Las Condes, también profesora universitaria y directora general del Centro de Estudios Libertarios, quien había protagonizado algunos apasionados debates por sus posiciones radicales.
Johannes, aunque es el mayor, eclosiona mucho más tarde que sus hermanos Axel y Vanessa. Mientras sus hermanos tienen doctorados, él no ostenta ningún título, más bien una formación heteróclita de muchos estudios inconclusos, partiendo por la Escuela Militar, derecho en la Universidad Finis Terrae y asignaturas de ciencias políticas, historia y derecho en la Universidad de Innsbruck, en Austria, pero sí mucha y diversa experiencia laboral, pues vivió varios años en ese país desempeñando diversos oficios, desde obrero de la construcción a periodista deportivo.
Había desarrollado su ideario nacionalista ultraliberal desde 2013 a través de YouTube, donde creó el canal “Nacional-Libertario”, captando sus primeros seguidores. En 2019 se sumó a Kast en el periodo de formación del Partido Republicano, presentándose como candidato en uno de los territorios más populosos de Chile, (distrito 10), donde aportó casi la mitad de los votos de la lista del Frente Socialcristiano en el distrito (11,7%) para entrar a la Cámara de Diputados.
Antes de asumir fue apartado del partido por anteriores declaraciones poniendo en duda la conveniencia de haberle entregado derecho a voto a las mujeres, regresó en septiembre de 2022 y volvió a partir en diciembre 2023 luego de su posición contraria al texto constitucional cuya aprobación había sostenido vigorosamente Kast y el Partido Republicano.
Sólo un año después de su ruptura definitiva con Kast, aparece en condiciones de desafiarlo electoralmente, habiendo inscrito su propio partido -Nacional Libertario- con más de 30 mil adherentes, reclutado otros 4 diputados que fueron parte de la bancada republicana y ocupando un espacio político y mediático muy competitivo con ese partido, que luego del 44% de su líder en la segunda vuelta de 2021 y el espaldarazo popular de las elecciones de mayo 2023 en las elecciones de consejeros constitucionales, se veía caminando a tranco seguro hacia la hegemonía en la derecha y un eventual triunfo presidencial en 2025, relegando a segundo plano la representación de la franja de derecha pinochetista y de la crítica radical al sistema democrático vigente.
A pesar de que la derrota en el plebiscito de diciembre y el resultado tan lejos de las expectativas en las elecciones municipales de 2024 devolvió a los Republicanos a su realidad original, ya se había abierto un espacio para el liderazgo directo, radicalmente opositor, políticamente incorrecto, alejado de las maneras tradicionales, deslenguado, polarizante y nutrido de los excesos identitarios de la izquierda radical, ocupando el espacio mediático con cierta destreza comunicacional y pragmatismo político.
Hasta dónde llegará Kaiser tiene que ver con la segunda pregunta, respecto de las posibilidades reales de un fenómeno parecido al de Milei en el Chile actual.
Es una interrogante aún abierta, aunque todo parece indicar que al menos en este ciclo político se prevé más bien el regreso galopante de una política de nuevo orientada a la conquista del centro, tanto desde la derecha como desde la izquierda, lo que pone a Kaiser en una disyuntiva crucial para su proyección política futura: o quema las naves y se lanza a la primera vuelta presidencial con lista parlamentaria propia, con alto riesgo de quedarse en el camino perdiendo de paso toda presencia en la democracia representativa, o traduce su fortaleza actual en poder político para continuar en la construcción de una alternativa para el futuro próximo, articulándose con Chile Vamos o Republicanos y el PSC en una lista parlamentaria respaldando a Matthei o Kast.
Su partido es demasiado frágil aún como para sobrevivir a una aventura testimonial y su liderazgo insuficientemente consolidado como para mantener protagonismo sin tener un rol incidente en el escenario político.
El efecto principal de una eventual presencia de Kaiser en la primera vuelta presidencial es la desaparición de la posibilidad que anticipamos hace casi dos años, de una segunda vuelta germano-alemana, asegurándole al oficialismo su presencia en segunda vuelta, al aumentar la dispersión del voto opositor, que ya tiene a Evelyn Matthei, José Antonio Kast, con seguridad Franco Parisi, probablemente Rincón y Rojo Edwards, haciendo prácticamente imposible que en segunda vuelta se enfrenten Matthei y Kast, escenario que podría forzar la necesaria reestructuración del sistema político, pues la candidata de la centroderecha se vería obligada a ampliar su coalición hacia el centro y la centroizquierda.
No conozco personalmente al diputado Johannes Kaiser, pero me parece un político pragmático e inteligente, por lo que presumo emprenderá una carrera presidencial sólo si su posicionamiento político y electoral le abre opción de pasar a segunda vuelta. Tampoco lo imagino sacrificando su emergente poder político en una primaria de Chile Vamos, sino más bien reafirmando su camino de construcción de una alternativa política nacionalista radicalmente liberal aspirando a incidir en la elección presidencial e instalando una bancada parlamentaria que le dé peso político a sus ideas, participación protagónica en el escenario político y proyección futura.
Por Pepe Auth, analista político, para ex-ante.cl
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