Servicios meteorológicos y de astronomía encendieron sus alarmas con la reciente actividad inusual del Sol. De acuerdo con imágenes del Observatorio de Dinámica Solar, SDO, de la NASA, la estrella masiva registra un enorme agujero coronal de alrededor de 800 mil kilómetros de ancho, donde por volumen podrían caber aproximadamente 4.000 Tierras. ¿Es momento de preocuparnos?
Los expertos en el tema llaman a la tranquilidad. Explican que aunque no es usual un agujero coronal de este tamaño, es normal que ocurran cada cierto tiempo.
¿El tamaño de un agujero en el Sol de esta magnitud, tiene repercusiones en la Tierra? Claro que sí, pero no atenta contra nuestra vida. Simplemente que se van a registrar tormentas solares intensas, posiblemente de categoría G1, que podrían hacer que se registren varios fenómenos conocidos en nuestro planeta.
“A pesar del nombre un agujero coronal, no es un agujero, no es un vacío, es una región en la atmósfera solar donde los campos magnéticos se abren y permiten que escape el viento solar”, explica el científico Antonio Rodríguez, a cargo de la cuenta de divulgación de astronomía @Exoplanetascom.
El mismo científico explica que los agujeros coronales permiten que se escapen vientos solares, que se reparten por todo el Sistema Solar. Estiman que por este agujero se expulsan partículas a unos 500 kilómetros por segundo.
¿De qué manera repercute este fenómeno solar? El mismo Rodríguez cuenta en su usuario de X, que “su impacto podría provocar tormentas geomagnéticas de clase G1 (moderadas), que, entre otras cosas, puede originar Auroras intensas más al Sur del Circulo Polar”.
Según spaceweather .com el viento solar procedente de este Agujero Coronal, que viaja a más de 500 km/s, llegará a la Tierra el 31 de enero. Su impacto podría provocar tormentas geomagnéticas de clase G1 (moderadas), que, entre otras cosas, puede originar Auroras intensas más al… pic.twitter.com/46afmaCFP9
— EXOPLANETAS Noticias de Ciencia y Tecnología (@ExoPlanetascom) January 28, 2025
Recordemos que a principios del 2024 se registraron vientos solares más intensos, producto de la actividad del ciclo solar 25. En ese entonces pudimos ver auroras boreales y australes, en latitudes en donde no se acostumbran a ver estas luces.
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