Un nuevo estudio sugiere que los planetas con capacidad para albergar vida pueden haber existido desde las primeras etapas de la formación del universo, unos 200 millones de años después del Big Bang. Los investigadores plantean que estos primeros planetas rocosos podrían contener agua antes incluso de que se formaran las galaxias.

El planeta más antiguo conocido, descubierto por el telescopio espacial Hubble de la NASA, tiene unos 13.000 millones de años. Es decir, que se formó hace aproximadamente 1.000 millones de años después del nacimiento del Universo alrededor de una joven estrella similar al Sol.

Sin embargo, el investigador Daniel Whalen de la Universidad Portsmouth (Reino Unido) y su equipo sugieren en un nuevo estudio, pendiente de revisión por pares, que los elementos necesarios para la formación planetaria estaban disponibles mucho antes. El artículo también apunta a que en ese momento y existían los compuestos necesarios para la formación de agua, el elemento indispensable para la vida tal cual la conocemos.

Los primeros planetas del universo

Los astrofísicos creen que nada más producirse el Big Bang no había elementos pesados. La masa del universo estaba compuesta solamente por un 75 % de hidrógeno y un 25% de helio, aunque también se cree que podría haber pequeñísimas cantidades de litio y berilio. Estos materiales no son lo suficientemente pesados para formar planetas rocosos, así que hubo que esperar varios cientos de millones de años a que se formaran las primeras estrellas y galaxias.

El consenso científico es que solo tras la formación y muerte de esos primeros astros aparecieron las condiciones necesarias para que se formasen los planetas. Sin embargo, las simulaciones realizadas por Whalen y su equipo apuntan a que los planetas podrían haberse formado alrededor de estrellas más pequeñas que el Sol. Estas estrellas nacieron de los restos de las potentes explosiones de estrellas primitivas denominadas supernovas de inestabilidad de pares.

Según los investigadores, las potentes explosiones provocadas por la muerte de las primeras estrellas, con cientos de veces la masa del Sol, podrían haber liberado suficientes elementos pesados para formar planetas. Las simulaciones indican que también había grandes cantidades de oxígeno, lo que significa que los discos alrededor de las estrellas resultantes también podrían haber contenido una cantidad de agua que es casi comparable a la que tiene nuestro sistema solar.

«Se formaron mundos habitables entre la primera generación de estrellas del universo, antes del advenimiento de las primeras galaxias», escriben los investigadores en el estudio.

Dudas sobre su formación

Los autores aseguran que si las condiciones fueran las adecuadas, los planetas rocosos podrían haberse formado incluso antes de lo que muestran sus simulaciones.

Sin embargo, la existencia de esas primeras supernovas que pudieron dar origen a los primeros planetas hace 200 millones de años es difícil de demostrar. Ni siquiera nuestros telescopios más potentes tienen la sensibilidad para detectar una luz tan lejana en el tiempo.

Jo Barstow, científica planetaria de la Open University (Reino Unido), duda que los planetas se pudieran formar en un entorno con tan pocos elementos. Sin embargo, afirma en un artículo de New Scientist, que si los elementos necesarios para la formación de planetas existieron tan pronto en el universo, «no hay razón para esperar que no hubiera planetas». Otra cosa es su habitabilidad, que podría depender de la presencia de gigantes gaseosos capaces de limitar la cantidad de impactos sobre los planetas que podrían hacerlos inhabitables, así como para guiar asteroides y cometas portadores de agua hacia esos mundos, afirma.

El siguiente paso para validar este descubrimiento es que la comunidad de astrofísicos revise el artículo publicado por el laboratorio de Whalen y compruebe de manera independiente si los resultados son correctos. De serlo, abrirían una nueva línea de conocimiento que obligaría a reescribir lo que sabemos de la evolución del universo.

/psg