A medida que se acercan las elecciones, el oficialismo enfrenta una encrucijada difícil: ¿cómo evitar una derrota aplastante? En este contexto, han surgido intentos de convencer a Michelle Bachelet de volver al ruedo político, pese a sus reiteradas negativas. La idea de que solo ella podría rescatar a la izquierda parece más un deseo desesperado que una estrategia con fundamentos sólidos. Si bien su candidatura podría unificar parte del electorado progresista, las probabilidades de éxito son bajas y su regreso solo significaría un sacrificio en un escenario poco favorable.
Uno de los mayores desafíos es la división dentro del bloque oficialista. El Partido Socialista (PS) ha evitado alinearse con la posible candidatura de Carolina Tohá, quien podría dejar su puesto en el gabinete en marzo. Camilo Escalona, una de las figuras del PS, ha mencionado otros nombres como Paulina Vodanovic y Mario Marcel, dejando en claro que el partido no está dispuesto a entregarle el liderazgo a Tohá sin cuestionamientos.
Si Bachelet aceptara postularse, se enfrentaría a un panorama político mucho más hostil que en 2005 o 2013. No solo tendría que responder por su legado, sino también cargar con el desgaste del gobierno de Gabriel Boric, algo que complicaría aún más su camino.
Tensiones internas y la lucha por el poder
El oficialismo no solo enfrenta una crisis presidencial, sino también un posible colapso parlamentario. La falta de cohesión entre sus miembros se hace cada vez más evidente. Dentro del bloque conviven sectores que condenan la dictadura en Venezuela y otros que la apoyan, lo que demuestra que los principios han pasado a un segundo plano frente a la lucha por el poder.
La incertidumbre sobre la candidatura presidencial del oficialismo también afecta a los partidos más pequeños, que buscan sobrevivir en un panorama electoral adverso. Figuras como Mirosevic, Mulet y Marco Enríquez-Ominami (MEO) siguen intentando posicionarse, mientras que la Democracia Cristiana (DC) ha marcado distancia con el Partido Comunista (PC) para asegurar su propia supervivencia.
Dentro del Frente Amplio, Tomás Vodanovic podría convertirse en una carta clave. Aunque su nombre no apareció en recientes encuestas internas, algunos sectores del oficialismo lo ven como una opción viable para representar a la coalición en una primaria. Su imagen más moderada podría ser utilizada para intentar limpiar la imagen del Frente Amplio, que ha sido golpeada por sus propios errores.
El panorama electoral y el declive del oficialismo
Desde el fracaso del plebiscito constitucional en septiembre de 2022, la aprobación del gobierno de Boric se ha mantenido en un 60% de desaprobación frente a un 30% de apoyo, cifras que han mostrado poca variación. A menos de un año de las elecciones, las encuestas reflejan un claro deseo de cambio por parte de la ciudadanía.
Si bien nada está decidido hasta el día de los comicios, el futuro del oficialismo luce complicado. El desafío no es solo definir un candidato competitivo, sino también evitar una debacle electoral que podría dejar al bloque sin poder por un largo tiempo.
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