El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, advirtió que el gobierno estadounidense cuenta con “muchas opciones” para infligir “daño” y perjuicio al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
En una entrevista con Fox News, Rubio aseguró que la administración de Donald Trump está dispuesta a tomar medidas contra la dictadura venezolana.
“No voy a hablar sobre cuáles son esas acciones, pero él sabe y ellos saben que tenemos muchas opciones para infligir daño y perjuicio graves al régimen de Maduro», afirmó Rubio.
El funcionario destacó que Trump es percibido como un líder fuerte por sus adversarios y que Maduro entiende las consecuencias de desafiarlos.
“Los líderes como Maduro, sin importar lo duros que intenten ser, respetan a Donald Trump. Saben que este no es un tipo que les enviará una carta con palabras enérgicas. Tomará medidas”, señaló.
Rubio también reiteró que Estados Unidos no reconoce a Maduro como presidente legítimo de Venezuela y negó que existan negociaciones en ese sentido, incluso después de la reciente visita del enviado especial Richard Grenell a Caracas.
Explicó que el único acuerdo alcanzado hasta ahora ha sido la liberación de ciudadanos estadounidenses que se encontraban detenidos en Venezuela, a quienes calificó como “rehenes”.
Acuerdo migratorio
Marco Rubio también anunció que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ofreció recluir en la megacárcel de su país a peligrosos “criminales” estadounidenses y extranjeros enviados desde Estados Unidos.
Bukele decidió “aceptar para deportación de cualquier extranjero ilegal en Estados Unidos que sea un criminal de cualquier nacionalidad”, como los de la pandilla MS-13 (de El Salvador, Honduras y Guatemala) y el Tren de Aragua de Venezuela, afirmó Rubio.
“Ha ofrecido alojar en sus cárceles a peligrosos criminales estadounidenses detenidos en nuestro país, incluidos aquellos con ciudadanía estadounidense y residencia legal”, agregó en declaraciones a la prensa, tras reunirse con Bukele.
No existe prácticamente ningún precedente en la época contemporánea de que un país democrático envíe a sus propios ciudadanos a cárceles extranjeras, y cualquier intento de hacerlo será impugnado seguramente ante los tribunales estadounidenses.
Rubio acogió con satisfacción la propuesta y dijo estar “profundamente” agradecido con Bukele, cuya guerra contra las pandillas disparó su popularidad en El Salvador y en otros países, incluso en Estados Unidos entre simpatizantes del presidente Donald Trump.
“Ningún país ha hecho nunca una oferta de amistad como esta”, subrayó el jefe de la diplomacia estadounidense, quien dijo haber hablado temprano con Trump sobre el tema.
Bukele goza de gran popularidad por su ofensiva contra las pandillas, basada en un régimen de excepción que, desde 2022, ha dejado a unos 83.000 detenidos.
Emblema de esa guerra antipandillas, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), considerada la cárcel más grande de América Latina, fue inaugurado por Bukele hace dos años en las afueras de Tecoluca, 75 km al sureste de San Salvador.
“Estamos dispuestos a acoger únicamente a delincuentes convictos (incluidos ciudadanos estadounidenses) en nuestra megaprisión (Cecot) a cambio de una cuota”, anunció Bukele en la red social X.
“La tarifa sería relativamente baja para Estados Unidos pero significativa para nosotros, lo que haría sostenible todo nuestro sistema penitenciario”, escribió en inglés.
La prisión, rodeada de enormes muros de concreto, está diseñada para 40.000 detenidos, pero actualmente hay unos 15.000 de las pandillas MS-13 y Barrio 18, que por décadas aterrorizaron a la población salvadoreña.
Con gafas de sol, zapatillas deportivas y el botón de la camisa desabrochado, Bukele recibió a Rubio en su residencia junto al lago Coatepeque, en el oeste de El Salvador.
Tensiones con Panamá
Marco Rubio dijo que espera que el gobierno panameño alivie las “preocupaciones” sobre la influencia china en el canal de Panamá, bajando el tono a las declaraciones del presidente Donald Trump de que retomará el control de la vía interoceánica.
Un día después de advertir que Washington tomará medidas si Panamá no hace “cambios inmediatos” sobre el canal, Rubio adoptó un enfoque más diplomático y reconoció que el asunto es “delicado” para los panameños.
“Fue una visita que valió la pena y muy respetuosa. Creo que va a lograr cosas potencialmente buenas que disipen las preocupaciones que tenemos”, dijo Rubio a periodistas al llegar a El Salvador, tras su visita a Panamá.
“El tiempo lo dirá, ya veremos, pero me siento bien al respecto”, afirmó. “Entiendo que es un tema delicado en Panamá y no queremos tener una relación hostil o negativa” con ese país, agregó Rubio.
En declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca, Trump dijo que Panamá había “acordado ciertas cosas” y que el viernes tendría una conversación telefónica con el presidente José Raúl Mulino, aunque dijo que seguía “sin estar contento”.
Rubio celebró como un “gran paso” el anuncio del presidente panameño de que no renovará la participación de Panamá en la iniciativa china de la Ruta de la Seda, sobre cooperación para proyectos de infraestructura, suscrito en 2017.
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