La líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, expresó que considera «positivo» el establecimiento de un canal de comunicación entre el gobierno de Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro, tras la visita de Richard Grenell, enviado especial de Donald Trump, a Caracas.
Machado, en una rueda de prensa virtual, destacó que no ve inconveniente en que Washington se comunique de manera directa con el gobierno de Maduro. «Creo que la administración de Trump tiene una forma clara de expresar lo que piensa, y no tengo dudas de que se lo transmitieron al régimen», afirmó. Sin embargo, reconoció que la imagen de Maduro junto a Grenell ha tenido un impacto negativo entre los venezolanos.
La dirigente opositora también detalló que mantuvo conversaciones tanto antes como después de la visita de Grenell, aunque prefirió mantener el contenido de esas conversaciones en secreto. En ese sentido, reiteró que, si bien la situación es manejada por los venezolanos, los aliados internacionales son cruciales en este proceso.
A pesar de las complejidades, Machado aseguró que la lucha de la oposición se mantendrá firme y que el régimen de Maduro será derrotado, con o sin negociaciones.
Por su parte, Edmundo González Urrutia, quien fue el candidato presidencial en las recientes elecciones, también confirmó haber conversado con Grenell antes y después de su encuentro con Maduro. A través de un mensaje en la red social X, González resaltó la importancia de las conversaciones para lograr la liberación de «rehenes» estadounidenses en Venezuela y expresó que, aunque los aliados internacionales son clave, la solución depende de la unión de todos los venezolanos.
La visita de Grenell resultó en varios acuerdos, como el regreso de migrantes deportados de Estados Unidos y la liberación de seis estadounidenses detenidos en Venezuela. Maduro, por su parte, pidió un «nuevo comienzo» en las relaciones entre ambos países, aunque Washington, junto a una parte significativa de la comunidad internacional, no reconoce su victoria en las recientes elecciones presidenciales, tildadas de fraudulentas por la oposición.
Las protestas estallaron tras la proclamación de la victoria de Maduro, lo que dejó un saldo de 28 muertos, cerca de 200 heridos y más de 2,400 detenidos.
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