El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una nueva orden destinada a luchar contra el supuesto “sesgo anticristiano” dentro del gobierno, de lo que ha hecho responsable a su predecesor, Joe Biden, y ha asegurado que “cualquier conducta impropia” contra los cristianos “será rectificada”.

“Es la política de Estados Unidos, y el propósito de esta orden, proteger las libertades religiosas de los estadounidenses y poner fin a la militarización anticristiana del gobierno”, ha señalado en un comunicado de la Casa Blanca.

Para ello, la orden establece, por un período de dos años, un grupo de trabajo encargado de revisar políticas, elaborar recomendaciones y asesorar al mandatario en esta cuestión, y que involucrará a numerosos funcionarios y altos cargos, entre ellos el fiscal general, que presidirá el grupo, los jefes de los Departamentos de Estado, Salud, Educación, Seguridad Nacional, Defensa, el Tesoro y el representante del país ante la ONU.

El republicano aseguró que no va a tolerar lo que ha llamado “militarización anticristiana” y que “cualquier conducta, política o práctica ilegal e impropia que tenga como objetivo a los cristianos será identificada, terminada y rectificada”.

Asimismo, aprovechó para cargar contra la Administración anterior, acusando al gobierno del demócrata Joe Biden de desarrollar “un patrón atroz de atacar a cristianos pacíficos, mientras ignoraba las ofensas violentas y anticristianas”.

En particular, el magnate señaló a su Departamento de Educación, por supuestamente pretender “derogar las protecciones de libertad religiosa a las organizaciones religiosas en los campus universitarios” y al de Justicia, afirmando que “ignoró en gran medida” ataques con “violencia, robo e incendios” contra templos católicos, organizaciones caritativas y centros provida.

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