El Informe de Finanzas Públicas (IFP) que la Dirección de Presupuestos (Dipres) dio a conocer el viernes reconoció un déficit en 2024 de 3,2% del PIB, una desviación de 1,3 puntos porcentuales frente a lo que había calculado el Ejecutivo: 1,9%. Esta cifra constituye el peor registro desde que se creó la regla de equilibrio fiscal en 2001, sin contar el periodo de la pandemia.
Pero la preocupación -para quienes siguen de cerca la discusión- no queda solo en lo que ocurrió el año pasado. Es que no se prevé el cumplimiento de la meta fiscal tampoco para 2025. El decreto de Política Fiscal dice que debe ser 1,1% del PIB, pero el IFP proyecta 1,6%.
«Esta desviación -contestó a El Mercurio el ministro de Hacienda, Mario Marcel-, nos aparta de la trayectoria que traíamos en los dos años anteriores, con un sobrecumplimiento de más de 3 puntos del PIB en 2022 y un cumplimiento casi exacto en 2023».
«Porque estamos orgullosos de esa trayectoria -añadió-, no descansaremos hasta recuperar la senda de consolidación fiscal que se trazó al inicio del Gobierno».
«Hasta que duela»
«Dipres sigue sobreestimando los ingresos y proyecta un déficit estructural de 1,6% del PIB para 2025. Sin embargo, la realidad apunta a un déficit de 2,0% del PIB, en gran parte porque la recaudación esperada de la ley de cumplimiento tributario no se materializará. Esta misma estimaciónc fue respaldada por el FMI y Fitch Ratings», dijo en El Mercurio el exdirector de Presupuestos, Matías Acevedo.
A ello, añadió que «Dipres debe actuar con urgencia y aplicar un recorte del gasto ‘hasta que duela’, priorizando el ajuste en el gasto corriente sin afectar la inversión».
Una posición similar tiene otra exdirectora de la Dipres, Cristina Torres. «Para cumplir la meta de balance se requerirá un esfuerzo adicional ya que los últimos años hemos visto una presión sostenida del gasto corriente que ha sido, en definitiva, cubierta por sub ejecución del gasto de capital», dice.
«Por tanto -añade- va a ser importante no solamente abordar un ajuste de forma contingente, si no que hacerse cargo de aquellas partidas con mayor participación en el gasto, como eficiencia en el sector salud, gasto en licencias médicas y ausentismo laboral, evasión del Transantiago. Si queremos corregir esta desviación deberíamos ponernos como meta a lo menos 1 punto del PIB». Para Macarena García, de LyD, en tanto, «el gasto de este año ya no cumple con la meta autoimpuesta por el Gobierno de -1,1% del PIB.
Llama la atención que ese sea el punto de partida del escenario fiscal, donde las estimaciones de la misma autoridad ya muestran un incumplimiento importante de la meta del 2025».
«A lo largo de todo el 2024 mostraron repetidamente una desviación en torno a 0,2% del PIB, siempre mencionando que les preocupaba la desviación, pero terminaron finalmente con una desviación de 1,3% del PIB» complementa.
Déficit «grave»
A Alejandro Weber, exsubsecretario de Hacienda y decano de Economía y Gobierno de la USS, le parece «grave» el déficit de 3,2 puntos del PIB. «Siempre dijimos que los ingresos proyectados no calzaban con la realidad y que los gastos corrientes han sido excesivos. Por eso, el ajuste de US$600 millones qué pasará a US$700 para este año es completamente anecdótico e insuficiente», sostiene.
«Los ingresos efectivos 2024 fueron US$3.000 millones menores a lo estimado por Hacienda en octubre. Por otro lado, la proyección de ingresos de Hacienda para 2025 significa un crecimiento de 13% respecto de 2024, esto es, mayores ingresos por US$10.000 millones, algo muy difícil de cumplir», añade.
«Llegó el momento de que el Gobierno inicie un ajuste fiscal de verdad, por al menos 1 punto del PIB, es decir, unos US$3.000 millones, a contar de 2025 y sincere las proyecciones de ingresos», cerró.
En otra línea, Rodrigo Montero, decano de la facultad de administración y negocios de la U. Autónoma, asvierte que «hay cuestiones prácticas que hacen difícil muchas veces llevar a cabo ajustes significativos. En general, el gasto fiscal trae mucha inercia. Hay muchos gastos comprometidos, presupuestos que es difícil modificar, sobre todo dentro del mismo año de ejercicio».
«No obstante, en la historia, y de hecho el año pasado también ocurrió en parte, se han efectuado recortes, pero que son más bien marginales a la luz del recorte que se requeriría en esta oportunidad para poder cumplir con la meta de las finanzas públicas para este año», indica asimismo.
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