Codelco cruzó el valle productivo en 2024 y dejó atrás tres años consecutivos de caídas que llevaron a la minera estatal en 2023 a alcanzar su peor desempeño en 20 años. Así lo reflejaron las cifras de producción chilena de cobre, dadas a conocer por Cochilco.
Al mirar el desempeño informado por las empresas sobre un conjunto de las principales 17 faenas productoras del metal rojo, se obtiene que la minera estatal chilena anotó una producción total de 1.422 mil toneladas de cobre, cifra que marca una baja de apenas 0,1% al comprarse con las 1.424 mil toneladas vistas en 2023. Sin embargo, dicha cifra considera las participaciones de Codelco en El Abra (49%) y en Anglo American Sur (20%).
Cuando se considera el desempeño de las divisiones operadas por la estatal, el resultado cambia ligeramente. Contando solo la producción propia de la minera estatal, en 2024 se obtuvieron 1.328 mil toneladas de cobre, un 0,3% más que las 1.325 mil toneladas reportadas en 2023.
En cualquiera de los casos, el freno de la caída se hace evidente, al considerar que en 2023 la merma interanual fue de 8,3%, mientras que en 2022 alcanzó a 10%.
El panorama hacia adelante augura una paulatina escalada hacia los 1,7 millones de toneladas (o 1.700 mil toneladas), nivel máximo que logró la firma a inicios de la década pasada, y que retomaría hacia fines de la actual.
Así lo ven tanto en la empresa -que en octubre proyectó que en 2025 alcanzará una producción propia de entre 1.350 mil toneladas a 1.390 mil toneladas-, como analistas.
“Durante 2024 revertimos la tendencia de caída. A partir de agosto, nuestra matriz de seguimiento a la producción rompió, por fin, la tendencia a la caída, lo que se replicó durante todo el resto del segundo semestre. Esto, porque a inicios de año resolvimos problemas de larga data, cruzamos el valle productivo y ahora estamos listos para iniciar en 2025 la escalada para retomar la cima de 1,7 millones de toneladas al finalizar la década”, dijeron desde Codelco a Pulso.
Sobre los desafíos e hitos que enfrentarán este 2025, desde la estatal destacaron varios relevantes, como “seguir avanzando para alcanzar el régimen de operación del proyecto Rajo Inca en la División Salvador; lograr la continuidad operacional en Radomiro Tomic para recuperar los atrasos producto del accidente fatal de 2024; seguir mejorando el desempeño en Chuquicamata Subterránea; y afianzar aún más la operación de las plantas de procesamiento de Andina y Chuquicamata, que ya superaron las 80 mil toneladas por día (ktpd) y 170 ktpd, respectivamente, el año pasado”.
Para Juan Carlos Guajardo, fundador y director ejecutivo de Plusmining, el inicio de Rajo Inca significará “un aumento neto respecto del último año en que la División Salvador no estuvo produciendo”, pero más allá de eso, afirma que “queda por ver el desempeño de las grandes minas de Codelco, que el año pasado estuvo caracterizado por una mayor estabilidad productiva, aunque también sujeto a incidentes que afectaron la producción, como accidentes, lo que añade algún grado de incertidumbre”. Con todo, reafirma que “la proyección apunta a un leve aumento en 2025”.
Para Cristián Cifuentes, analista senior de Cesco, si bien “hablar de proyecciones es complejo recién cerrando el año”, igualmente plantea que “es esperable un aumento en este año”.
“Estamos conscientes que 2023 fue el punto de inflexión, ahora deberíamos ver crecimientos quizás no fuertes, pero sí sostenidos en el tiempo, lo que viene de la mano con alguna recuperación de sus operaciones”, donde Cifuentes espera “mejores desempeños en Teniente y en Chuquicamata, que son dos operaciones subterráneas y tienen un comportamiento completamente distinto a la minería a rajo; es más lento el ‘ramp up’, y obviamente no están exentos de problemas propios de una minería subterránea de gran envergadura”.
En todo caso, para el analista de Cesco, Codelco va a estar “más cerca de la meta autoimpuesta de 1.350.000 toneladas”.
Caída en la participación
A medida que la producción de la minera estatal se ha ido alejando de sus máximos, también lo ha hecho su participación en el total de la industria chilena del cobre. De hecho, al mirar la serie histórica, se obtiene que el desempeño alcanzado en 2024 significó que Codelco alcanzara su menor proporción sobre el total de la producción chilena de cobre.
En 2024, ésta cerró en un 25,8% del total, encadenando tres años consecutivos de mermas. La cifra se aleja de la media de los últimos 20 años, donde Codelco superaba el 31% de la producción de cobre a nivel nacional.
El desempeño contrasta con lo logrado por la mayor faena minera de cobre, Escondida, considerada como la mina más grande de metal rojo en el mundo. El yacimiento es operado por BHP. Allí, la anglo australiana tiene el 57,5 % de la propiedad, donde también participan Rio Tinto con el 30% y el consorcio japonés Jeco, con el 12,5% restante.
Dicha mina mejoró en un 16% su producción de cobre durante 2024, alcanzando las 1.278 mil toneladas del metal rojo. Ello le significó alcanzar por sí sola una participación del 23,2% sobre el total del cobre que se produce en Chile. El dato marca la menor brecha histórica con Codelco, que al considerar el dato de producción total -el de sus divisiones y sus coligadas-, estuvo solo 2,6 puntos porcentuales por sobre el yacimiento privado, mientras que en 2020 esa distancia era del orden de 10 puntos porcentuales.
La caída de la estatal en su participación a nivel nacional podría detenerse, piensa Juan Carlos Guajardo. “Todo dependerá de la suerte de los ‘proyectos estructurales’. Si logran completar su desarrollo, la participación de Codelco en el total producido en el país podría sostenerse hacia el final de la década. Pero de todos modos el mayor crecimiento neto de producción provendrá del sector privado”, estima el directivo de Plusmining.
Una visión diferente ofrece Cifuentes, quien califica como “esperable” una menor participación hacia adelante, pero cree que “es un tema que no hay que verlo de forma negativa”.
“Ojalá sea, no por pérdida productiva de la operación, ojalá pueda mantener sus niveles productivos, pero que su participación se reduzca, sea un sinónimo de diversificación de actores. Que tengamos muchos más actores distintos a Codelco en Chile”, cierra el analista de Cesco.
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