La iniciativa fue pactada el 26 de noviembre de 2022, durante las negociaciones facilitadas por el Reino de Noruega para beneficiar programas de alimentación, salud y mejoras de su calidad de vida en Venezuela, mientras se avanzaba en conversaciones de corte político.

En la oportunidad se acordó solicitar a la Organización de Naciones Unidas su “apoyo” para diseñar e implementar un fondo fiduciario único “para la protección social del pueblo venezolano”.

Se utilizarían para tal efecto recursos del Estado venezolano “congelados en el sistema financiero internacional” y que serían incorporados “progresivamente” con la autorización de autoridades y organizaciones del extranjero, según el acuerdo publicado.

El monto del fondo sería de unos 3.000 millones de dólares.

La secretaría general de las Naciones Unidas dio por hecho la ejecución del fondo en octubre de 2023, en el que, dijo, se involucraría para “beneficiar al pueblo vulnerable de Venezuela”.

Un reportaje de la agencia de noticias EFE reveló que el proceso de creación del fondo avanzaba en 2023, incluso afirmando que estaba prácticamente “listo” para recibir dinero, apenas a la espera de alguna firma del gobierno de Maduro.

Pero, no era así, porque muchos de los acuerdos logrados especialmente respeto a la selección de la candidatura opositora, no se materializaron antes, durante ni después de las refutadas elecciones. El fondo humanitario se cuenta entre los pactos incumplidos.

“Efectivamente, nunca se concretó ese fondo”, contó esta semana a la Voz de América una fuente conocedora de las negociaciones entre el chavismo y la oposición, que pidió declarar bajo anonimato por no estar autorizada para hablar oficialmente del asunto.

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