Cada vez que una inteligencia artificial ofrece una proyección sobre el futuro, debemos recordar que sus respuestas se basan en la enorme cantidad de datos disponibles en internet. Por eso, cuando un sistema como ChatGPT de OpenAI emite alertas sobre el destino de la humanidad, no habla desde la imaginación, sino como reflejo de información científica, social y ambiental que ya existe. Y sus advertencias más recientes han generado preocupación.
La Tierra sigue siendo, hasta donde sabemos, el único rincón del universo donde prospera la vida como la conocemos. Pero si no actuamos con responsabilidad, podríamos estar acelerando nuestro propio final.
El temor al fin del mundo ha acompañado al ser humano desde tiempos antiguos. Leyendas, creencias religiosas y teorías científicas han explorado distintos escenarios para este desenlace. Hoy, ese mismo temor toma una nueva forma a través de la inteligencia artificial, que comienza a ofrecer proyecciones sobre cómo podría llegar el colapso global.
Los escenarios apocalípticos que predice la IA
Gracias a su capacidad para analizar datos históricos, medioambientales y sociales, los sistemas de IA están generando modelos sobre amenazas que podrían afectar gravemente al planeta. Una de las predicciones más inquietantes apunta al impacto del cambio climático. Si no se reduce la emisión de gases contaminantes, podríamos enfrentar fenómenos extremos como inundaciones descontroladas, sequías prolongadas y la desaparición de ecosistemas esenciales.
Además, estas condiciones podrían provocar el colapso de economías enteras, forzar migraciones masivas y generar una ola de conflictos sociales y políticos de dimensiones globales.
Otra posibilidad detectada por la inteligencia artificial es la caída de un asteroide. Aunque se considera un evento poco probable, el sistema advierte que más del 99% de los objetos espaciales potencialmente peligrosos aún no han sido identificados. Si uno de ellos impactara contra la Tierra, el daño sería incalculable: extinción masiva, alteraciones irreversibles del clima y una transformación radical de la vida en el planeta.
El riesgo de una guerra nuclear
Entre los escenarios más alarmantes que contempla la IA también figura un conflicto nuclear. La proliferación de armas de destrucción masiva y las tensiones geopolíticas hacen que el uso de armamento atómico no sea imposible.
En caso de una guerra de este tipo, la IA predice un escenario de invierno nuclear: una nube de polvo y hollín cubriría la atmósfera, bloqueando la luz del sol y provocando una caída abrupta en las temperaturas globales. Esto desencadenaría la desaparición de cultivos, escasez de alimentos y, eventualmente, el colapso de la civilización humana.
Aunque muchos de estos escenarios aún parecen lejanos, la inteligencia artificial nos recuerda que los riesgos existen y que sus consecuencias podrían ser devastadoras si no tomamos acción a tiempo. Estas advertencias, más que generar miedo, deberían servir como una llamada urgente a la responsabilidad global.
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