La comunidad de astronomía global ha estado centrada en el análisis de 2024 YR4, un asteroide que en los primeros análisis, tenía una probabilidad de impacto superior las del resto de las rocas que habitan nuestro Sistema Solar. El estudio de este objeto estelar, nos alejó de una noticia que pasó desapercibida y que ahora toma relevancia por las alarmantes posibilidades que plantea.

Un equipo de científicos de la Universidad de Cornell detectó cientos de miles de objetos (probablemente más de un millón de rocas) que se dirigen a la Tierra. Provienen de Alpha Centauri, el sistema solar más cercano al nuestro, y algunas hipótesis plantean que las están mandando de manera premeditada.

Alpha Centauri es parte de nuestra misma galaxia, la Vía Láctea. Está a 4.3 años luz de distancia, un recorrido “cercano” si lo llevamos a las escalas del Universo. La hipótesis de que estos objetos estén siendo enviados de manera artificial nace de un planteamiento que hizo hace años, el físico Avi Loeb.

Este científico está seguro de que Oumuamua, una roca que está en la Nube de Oort de nuestro sistema solar y que es el primer objeto interestelar que ingresa en la fuerza gravitacional del Sol, en ser detectado, fue un mensaje de una civilización extraterrestre.

Cientos de miles de objetos

Que hayan más de un millón de rocas, de diámetros estimados mayores a 100 metros, podría ser un mensaje de los alienígenas. Sin embargo, eso no es lo que plantean Cole R. Gregg y Paul A. Wiegert, astrofísicos de Cornell que lideraron esta investigación.

Los científicos mencionados notaron una fuerza gravitacional en Alpha Centari, provocado por las tres estrellas que habitan en esta región (es un sistema ternario) llamadas Alpha Centauri A, Alpha Centauri B y Proxima Centauri.

“Aunque los sistemas estelares maduros probablemente expulsen menos material que aquellos en sus años de formación de planetas, la presencia de múltiples estrellas y planetas aumenta la probabilidad de dispersión gravitacional de los miembros de cualquier reservorio planetesimal remanente, de forma muy similar a como los asteroides o cometas están siendo expulsados ​​actualmente de nuestro sistema solar», explicaron los científicos en su artículo.

La investigación sigue adelante. Ahora que 2024 YR4 redujo su probabilidad de impacto a casi nada, los focos apuntarán hacia el destino que lleven estas rocas.

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