Después de varios meses de fundados rumores que anticipaban que dejaría el gabinete para iniciar una campaña presidencial, Carolina Tohá finalmente decidió dar el paso al frente. Pero su renuncia como Ministra del Interior en el gobierno del Presidente Gabriel Boric y el anuncio de sus aspiraciones presidenciales generaron más dudas que certezas. Igual que un soldado que va a dar una batalla con pocas esperanzas de salir victorioso, Tohá irradió más disciplina que entusiasmo al anunciar sus aspiraciones presidenciales. Su mensaje transmitió más su convicción de que ser candidata es el único camino posible y no el entusiasmo de tener un proyecto viable de cambio para Chile. La candidatura de Tohá carece de entusiasmo, sonrisas, esperanza y energía. Sobre todo, su puesta en escena inicial carece de esa convicción de tener un proyecto de país para poner a Chile en el sendero correcto hacia el desarrollo y el bienestar.

En el papel, Tohá tiene una trayectoria que sugiere que ella siempre tuvo como meta llegar a la presidencia de la república. Próxima a cumplir 60 años de edad, Tohá tiene una vida entera dedicada al servicio público. Con 35 años de experiencia laboral en cargos de gobierno, Tohá conoce el funcionamiento del Estado y entiende el mundo político. Ella es la definición de lo que representa ser una política de carrera.

Aunque siempre evitó verse involucrada en escándalos durante su trayectoria profesional, Tohá nunca tomó demasiados riesgos. Resulta difícil recordar algún cambio significativo de política pública que sea resultado del liderazgo de Tohá. En su extensa actividad como autoridad, Tohá se dedicó más a administrar que a reformar. Su más reciente desempeño como Ministra del Interior fue apenas discreto. Como encargada de la seguridad ciudadana en el país, Tohá difícilmente puede alegar haber logrado avances significativos en revertir el aumento de la delincuencia y el crimen. Tohá nunca cometió errores demasiado graves, pero tampoco cuenta con aciertos memorables.

En su carrera política, Tohá privilegio la estrategia de no hacer muchas olas y no pelearse con nadie para evitar hacerse enemigos. Pero en política, para hacer tortillas hay que quebrar huevos. Especialmente cuando el país va por un mal camino, la gente quiere líderes que no tengan temor a dar golpes de timón. La trayectoria de Tohá nunca ha estado asociada al concepto de cambio.

La poca experiencia electoral de Tohá subraya que la ahora candidata presidencial prefiere cultivar la confianza de otros políticos que ganarse la confianza de la gente. En sus 35 años de carrera política, Tohá solo ha sido candidata 4 veces. En 2001, logró convertirse en diputada por Santiago. En 2005, ganó la reelección. Pero dejó su cargo a comienzos de 2009 para asumir como vocera del gobierno de Michelle Bachelet. En 2012, aprovechando la impopularidad de Piñera, ganó la alcaldía de Santiago. Pero en 2016, los electores de Santiago le negaron la reelección. En la calle y en los medios de televisión Tohá nunca ha mostrado ese carisma necesario para convocar multitudes y entusiasmar audiencias.

Aunque una campaña presidencial exitosa requiere mucho más que una candidatura carismática, ninguna campaña presidencial es viable sin un componente carismático. Si no es el candidato, el mensaje debe ser convocaste y atractivo. En 1988, 1993 y 1999, sin ser demasiado carismáticos, Aylwin, Frei y Lagos llegaron al poder con una plataforma atractiva de democratización pacífica, modernización económica y consolidación democrática que lograron movilizar multitudes.

Hoy, como candidata de un gobierno impopular y fracasado, Tohá no tiene ni carisma personal, ni un discurso de cambio que convoque a soñar con un país mejor.

Lo que resulta todavía peor es que, después de anunciar su candidatura, Tohá fue incapaz de amarrar el apoyo del Presidente Boric o de la ex presidenta Bachelet, las dos figuras más influyentes de su coalición. Si bien ambos pudieran querer esperar formalmente a que sus partidos apoyen una candidatura, al menos pudieran haber hecho un gesto señalando su beneplácito con la candidatura de Tohá.

Aunque Boric es impopular en el país, el Presidente es apoyado por una buena parte de la izquierda. El silencio de Boric respecto a la candidatura de Tohá deja abierta la puerta a que el Frente Amplio presente una candidatura alternativa a la de Tohá. Al anunciar que ella desiste de ser candidata, Bachelet también se abstuvo de apoyar a Tohá. Esa decisión confirma las amplias dudas que hay en la izquierda de la viabilidad de una candidatura de Tohá. Si la propia izquierda no se entusiasma con su candidatura, Tohá difícilmente puede aspirar a que el resto del país le crea.

Pese a haber tenido todo el tiempo del mundo para poner en escena un poderoso mensaje que acompañara su salida del gabinete y el inicio de su carrera presidencial, Carolina Tohá tropezó en el inicio de su campaña, al no ser capaz de resumir en un concepto simple y claro por qué quiere ser presidenta de la República.

Por Patricio Navia, sociólogo, cientista político y académico UDP

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