Es innegable que Evelyn Matthei no está pasando por un buen momento en su camino por llegar a La Moneda. Matthei siente a Johannes Kaiser respirándole en la nuca. Una de las razones por las que Matthei no ha logrado consolidarse como la candidata favorita en la derecha chilena es que ella ha optado por ser la continuadora del piñerismo. Después de la trágica muerte del ex Presidente Sebastián Piñera a comienzos de 2024, Matthei tuvo la inmejorable oportunidad de representar un aire fresco en la derecha. Pero equivocadamente optó por el equivocado camino de la nostalgia del pasado y del continuismo piñerista.

Las encuestas todavía muestran a Matthei como la candidata de derecha con mejores opciones de pasar a segunda vuelta. En las simulaciones que hacen los sondeos, Matthei le gana a cualquiera de los candidatos de izquierda que hoy parecen mejor posicionados para competir. Pero faltan todavía varios meses para la elección y las encuestas ya se están empezando a mover. El equipo estratégico de Matthei debería tomar nota de que, en las últimas semanas, ha venido bajando el apoyo a la candidata.

Muchos dirán que estar estancado en el primer lugar no es motivo de preocupación. Pero cuando hay otro candidato de derecha, Johannes Kaiser, que la viene alcanzando, el estancamiento de Matthei debiera generar preocupación. Kaiser es el candidato que ahora está con impulso y que genera creciente interés y entusiasmo. En cambio, Matthei se ha convertido en la candidata del continuismo de los desprestigiados partidos tradicionales de derecha.

Parte de la causa del estancamiento de Matthei es estratégica. Sabiendo que va en primer lugar, Matthei ha decidido dosificar su energía y sus actividades de campaña. Aunque está bien de salud y siempre ha sido muy activa, Matthei será la persona de más edad entre los candidatos. Retrasar el inicio de la campaña es una comprensible decisión estratégica de su comando. No obstante, hay buenas razones para pensar que ya es momento de empezar a apretar el acelerador. En siete meses estaremos votando en la primera vuelta de la elección presidencial. Además, como caballo alcanzado es caballo ganado, el impulso que está tomando Kaiser en la campaña representa una seria amenaza a su propio liderazgo y, hasta ahora, favoritismo en las huestes de derecha.

Ahora bien, apretar el acelerador sirve de poco si el vehículo tiene un mal motor o si se está en la ruta equivocada. Parte del problema estructural en el diseño de campaña de Matthei es que la candidata, equivocadamente, ha optado por ser la continuadora del piñerismo. Su círculo cercano está compuesto por renombradas figuras del piñerismo, los gestos de aprecio mutuo realizados entre ella y la familia del fallecido ex Presidente sugieren que Matthei se siente cómoda y segura como la cantidad del piñerismo.

Es verdad que Piñera ha sido el único candidato de derecha que ha podido ganar una elección presidencial en Chile desde el retorno de la democracia hace 36 años. Pero lo que le funcionó a Piñera pudiera no funcionar ya. Es más, a Piñera le funcionó su estrategia precisamente porque la trayectoria política y personal de Piñera hacían creíble su posición como centroderechista moderado y más cercano al centro que a la derecha.

Un análisis más cuidadoso de las preferencias que tiene el electorado y de los sueños que albergan los chilenos sugiere que el piñerismo no es una buena plataforma para ganar las elecciones de 2025. En sus dos periodos en el poder, Piñera llegó al fin de su periodo con bajos niveles de aprobación. Su disciplina, determinación y abultados recursos le dieron autonomía para poder decidir el cómo y cuándo iniciaba sus campañas y cuáles serían sus prioridades. Matthei carece de la capacidad de Piñera para hacer campaña y de sus cuantiosos recursos. Para ella, el piñerismo representa más un pasivo que un activo.

A sus 71 años, Matthei ya tiene un camino cuesta arriba para poder convertirse en la candidata del cambio. Si la candidata se convierte en la una versión enchulada del piñerismo, su candidatura será muchos menos atractiva para ese electorado que cree que el país va por mal camino pero que no quieren volver al pasado.

Indudablemente, Matthei sigue siendo la candidata con más posibilidades de suceder en la presidencia a Gabriel Boric. Pero es un error desconocer que su candidatura se ha estancado y que, según varias encuestas, comienza incluso a mostrar una tendencia a la baja. Si Matthei no corrige rumbo y mejora las áreas más débiles de su candidatura, Kaiser bien pudiera dar la sorpresa y convertirse en el candidato favorito de los votantes de derecha.

Una forma simple y efectiva de corregir rumbo es dejar atrás el contraproducente intento por convertirse en la continuadora del piñerismo sin Piñera y articular un mensaje orgullosamente derechista y pragmático de futuro que se centre en la seguridad y las certezas que hoy demandan los chilenos.

Por Patricio Navia, sociólogo, cientista político y académico UDP.

/psg