Un nuevo golpe para los mercados internacionales tuvo efectos inmediatos en Chile. El tipo de cambio cerró este lunes cerca de los $1.000, en medio de una ola global de volatilidad financiera desatada por la renovada ofensiva comercial de Donald Trump contra China.
La moneda estadounidense escaló con fuerza en la sesión local, impulsada por el deterioro del precio del cobre y una creciente aversión al riesgo.
En concreto, el billete verde anotó un avance de $7,4 y concluyó sus operaciones más líquidas en puntas de $988,9 vendedor y $988,6 comprador. Con este cierre y el del viernes, acumuló un avance de $42,1 en solo dos sesiones.
En el mercado cambiario local, la divisa estadouniense alcanzó niveles no vistos desde hace 2 meses y una semana, cuando finalizó en $992,5.
La nueva escalada se produce luego de que el presidente de Estados Unidos anunciara una intensificación del conflicto arancelario con China si es que la potencia asiática no renuncia a su represalia, lo que llevó a los inversionistas a refugiarse en activos considerados más seguros.
«El tipo de cambio en Chile ha iniciado un nuevo rally alcista, acumulando una revalorización superior al 8% en los últimos 11 días, y se ubica, nivel que no se observaba desde finales de enero», señaló Sebastián Castellanos, analista de mercados de XTB Latam.
El experto explicó que este impulso se origina en dos factores clave: «Se produce tras la imposición de nuevos aranceles por parte de Estados Unidos —los cuales entran en vigor este miércoles 9 de abril— y la publicación de datos positivos sobre el empleo en dicho país. Estas cifras llevaron a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (FED), a señalar el pasado viernes en conferencia de prensa que, por el momento, no ve razones para reducir las tasas de interés, ya que la inflación se mantiene controlada y el mercado laboral continúa fortaleciéndose. Estas declaraciones impulsaron al dólar a intentar recuperar terreno frente a las caídas que ha sufrido desde el pasado 12 de enero».
En esa línea, Castellanos anticipó que si persiste la presión sobre el tipo de cambio, «no sería extraño ver al dólar superar nuevamente los $1.000 por segunda vez en el año, e incluso intentar alcanzar los máximos anuales cercanos a los $1.020. No obstante, si la incertidumbre global continúa aumentando y los inversionistas optan por activos refugio diferentes al dólar, el tipo de cambio podría retroceder hacia los $970».
Ricardo Bustamante, subgerente de estudios de Capitaria, también apuntó a un escenario externo deteriorado.
«La cotización del dólar muestra un fuerte avance en la presente sesión, acercándose a los psicológicos $1.000, en medio de un nuevo desplome en el precio del cobre», advirtió.
El experto explicó que «el precio de los futuros del metal alcanzó la barrera de los US$4 la libra en la apertura del mercado asiático, con fuerte volatilidad posterior, pero manteniendo una presión a la baja debido a los temores comerciales globales, llegando a perder cerca de 25% desde los máximos de hace dos semanas».
Bustamante detalló que «los mayores aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump ha generar una perspectiva que apunta a un débil desempeño económico global, aumentando la probabilidad de recesión, lo que i al ya de manera directa al cobre al se considerado una materia prima cíclica, mientras que el impacto en la economía de China apoya una presión adicional, ya que es el principal demandante del mundo».
«El caos»
Según Bloomberg, el caos del mercado desatado por la guerra comercial de Donald Trump continuó por tercer día mientras las acciones, los bonos y las materias primas oscilaban violentamente, golpeados tanto por los temores de una recesión como por la especulación de que el daño financiero lo obligará a cambiar de rumbo.
El mismo medio consignó que, tras un sombrío panorama global que azotó a Asia y Europa, eliminando aproximadamente US$10 billones de los mercados bursátiles mundiales, el S&P 500 abrió con una fuerte baja en Wall Street.
El índice solo repuntó brevemente ante rumores de que Trump pospondría los aranceles, pero volvió a caer cuando esas expectativas se disiparon y el mandatario amenazó con intensificar el conflicto si China no retira sus represalias comerciales.
La volatilidad golpeó con fuerza otros mercados, y los operadores ya descuentan un alto riesgo de recesión global.
El precio del petróleo cayó, y el índice VIX —conocido como el indicador del miedo— se disparó a niveles similares a los de la pandemia. Incluso los bonos del Tesoro, tradicional refugio de los inversionistas, no escaparon del nerviosismo: sus rendimientos a largo plazo subieron con fuerza, reflejando el temor de que la guerra arancelaria pueda hundir la economía estadounidense y empeorar sus finanzas públicas.
En este contexto, los operadores han comenzado a anticipar que la Reserva Federal podría aplicar hasta cinco recortes de tasas durante el año, para contrarrestar los costos del conflicto. Esto, pese a que el presidente del organismo, Jerome Powell, dejó entrever que no tiene prisa por volver a aplicar una política monetaria expansiva.
Así, los mercados financieros viveotro día agotador y agitado, en el que los operadores se aferraban a cualquier señal —por breve o incierta que fuera— de un posible respiro en la tensión entre las principales economías del mundo.
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