La elección de José Miguel Castro (RN) como presidente de la Cámara de Diputados de Chile no solo fue un pulso político inesperado, sino un reflejo de las tensiones estratégicas que marcan el último año del gobierno de Gabriel Boric. El triunfo de Castro —definido por el azar de una tómbola tras un empate de 74 votos contra Camila Rojas (FA)— dejó al oficialismo en un escenario de introspección crítica.

Contraste estratégico: Alianzas transversales vs. descoordinación oficialista
Mientras el Frente Amplio y el Partido Socialista (PS) enfrentaban el resultado como un «balde de agua fría», Castro capitalizó su red de «amistades transversales», según Ximena Ossandón (UDI), clave para sumar votos de izquierda como los de Pamela Jiles y Marisela Santibáñez. Esta estrategia contrasta con la fragmentación del oficialismo: el PS acusó a sus socios de «dejar caer» a la senadora Isabel Allende (destituida por el caso de la casa de Guardia Vieja), mientras el FA argumentó que la decisión fue una «prerrogativa de la Corte Suprema».

El factor «pato cojo»: ¿Pérdida de control o reconfiguración política?
El resultado alimentó la narrativa del síndrome del «pato cojo» en el gobierno de Boric. La oposición interpretó la elección como una señal de que el oficialismo «no despega en la carrera presidencial» y ha perdido el control de la agenda. «Los tiempos de cambio han llegado», afirmó un diputado opositor, anticipando una posición «más dura y unida» de las derechas hacia 2025.

Reacciones y autocríticas: Nerviosismo vs. cohesión
En la izquierda, el ambiente postelectoral fue de nerviosismo y autocrítica. Antes del punto de prensa, se discutió quién hablaría primero («Me da lo mismo», se escuchó), mientras reiteraron acusaciones a la derecha por «paralizar» proyectos emblemáticos como la reforma de pensiones. Sin embargo, internamente admitieron «desprolijidades propias» y que «algunos cruzaron la vereda», en referencia a disidencias tácticas.

Perfil del ganador: Castro, un negociador con estilo mediático
Castro, médico veterinario y exanimador de «La Ley de la Selva», mostró en su discurso un estilo pragmático y personalista. Agradeció a su equipo («puras mujeres») y a figuras clave como Pablo Maltés (pareja de Jiles), mientras bromeó con un «gracias al flaco de Chilevisión». Su trayectoria —desde denuncias de maltrato animal hasta magíster en Gestión Ambiental— refleja un perfil híbrido: técnico y mediático, con habilidad para negociar en un espectro político diverso.

Conclusión analítica: ¿Qué revela esta votación?

  1. Fracturas en el oficialismo: La destitución de Allende y la elección fallida exponen falta de cohesión.
  2. Estrategia opositora: Castro simboliza una derecha que busca ampliar alianzas, incluso con sectores de izquierda.
  3. Simbología del azar: La tómbola como metáfora de un escenario político impredecible, donde el gobierno enfrenta su año más crítico.
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