En una señal clara de tensiones comerciales persistentes, China anunció este jueves que reducirá “moderadamente” la importación de películas estadounidenses. La medida, según informó la Administración de Cine de China, responde a los aranceles del 125 % que el expresidente Donald Trump impuso sobre productos chinos, los cuales han sido calificados como “excesivos” por las autoridades del país asiático.

“Nos adheriremos a los principios del mercado, respetaremos las preferencias del público y reduciremos moderadamente el volumen de importación de películas estadounidenses”, expresó el organismo en un comunicado breve, pero contundente. La decisión sugiere una estrategia de represalia con un alto componente simbólico: limitar la presencia cultural de Estados Unidos en el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo.

La Administración también advirtió que esta política arancelaria estadounidense podría tener efectos más amplios de los previstos. “La práctica errónea del Gobierno estadounidense de imponer aranceles excesivos probablemente disminuirá aún más la percepción favorable del público chino sobre las películas estadounidenses”, afirmó la entidad. De este modo, se plantea una relación directa entre las tensiones comerciales y el impacto en el consumo cultural.

Sin embargo, el comunicado intentó equilibrar el tono con un mensaje que refuerza la apertura de China hacia el mercado global del cine. “Siempre nos hemos adherido a un alto nivel de apertura al exterior y presentaremos más películas del mundo para satisfacer la demanda del mercado”, concluyó la institución, marcando una diferencia entre la industria cinematográfica de EE. UU. y la del resto del mundo.

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