Faltando 15 días para que expire el plazo de inscripción de primarias presidenciales, el panorama comienza a aclararse.
Los candidatos del Partido Republicano y del recientemente constituido Partido Nacional Libertario no van a participar en las primarias e irán directamente a primera vuelta, a menos que la negociación parlamentaria redunde en que uno de ellos no llega a la papeleta para reforzar la opción del otro.
Esa incertidumbre, por mínima que sea, se prolongará hasta el lunes 18 de agosto, fecha límite para inscribirse a la primera vuelta presidencial. De la elección primaria o interna entre los senadores Edwards y Castro anunciada por el Partido Social Cristiano no hemos tenido noticias, probablemente haya sido desechada por el inicio de conversaciones orientadas a conformar una lista parlamentaria conjunta con Republicanos y Nacional Libertarios.
Chile Vamos, que porfiada y equivocadamente, a mi juicio, emplazó insistentemente a Kast y Kaiser a participar en una primaria amplia de la oposición como si fueran parte del mismo proyecto político, terminó cancelando la única primaria viable, aquella con el exalcalde Rodolfo Carter, una vez establecida la imposibilidad de Ximena Rincón de participar al no lograr inscribir al Partido Demócrata en las 16 regiones del país.
La decisión tiene tres implicancias. La primera es que deja al bloque oficialista ocupar todo el espacio comunicacional, la movilización territorial y la participación popular durante mayo y junio; la segunda es que empuja a Carter a la lista parlamentaria republicana reforzando la candidatura de Kast, y la tercera es que seguirá abierta la incertidumbre respecto de si Demócratas va a primera vuelta con Rincón, pues de aquí al 18 de agosto conseguirá presumiblemente inscribirse en todas las regiones. Lo claro, sí, es que Evelyn Matthei estará en la papeleta de la elección del 16 de noviembre próximo, proclamada ya por los tres partidos de Chile Vamos.
Franco Parisi, por su parte, ya está en carrera presidencial y sólo falta el ritual de consulta virtual a los militantes que quedan en el PDG, luego de un éxodo que los dejó sin presencia parlamentaria y con una estructura casi sin pulso. Pero estará sin duda en la primera vuelta e intentará posicionarse como el candidato contra todo el establishment, de derecha, centro e izquierda, compitiendo con los candidatos de derecha en dureza opositora contra el gobierno.
Hasta hace pocos días eran 324 personas inscritas en la web del Servel buscando patrocinios para inscribir sus candidaturas independientes a la primera vuelta presidencial y es muy probable que el número siga creciendo. Porque para hacerlo no hay otros requisitos que haber nacido en Chile, estar habilitado para votar y no estar inscrito en un partido político.
No es extraño este fenómeno, habida cuenta de la fragmentación actual del sistema político, el descrédito de los partidos y una cierta degradación de la institución presidencial.
Además, ahora no es necesario movilizar personas para que vayan a firmar ante notario, sino que simplemente entren a la página del Servel con su clave única y patrocinen una candidatura. Lo más probable es que, con tanta competencia, sean muy pocos -uno, dos o tres, máximo- los que logren los 35.361 patrocinios para estar en la papeleta del domingo 16 de noviembre, pero todos podrán contarle a sus nietos que fueron precandidatos presidenciales.
Imagínense cuántos miles de futbolistas profesionales y amateur postularían si el Real Madrid convocara a inscribirse en su Web para reclutar a su centrodelantero.
Entre los precandidatos hay algunos conocidos, como Harold Mayne-Nichols, el excandidato presidencial Eduardo Artés y el senador más votado, Karim Bianchi, que tienen alguna opción de conseguir su propósito de estar en la papeleta de la elección presidencial.
En el campo oficialista, después de las decisiones de sus principales partidos, se instaló definitivamente la certeza de la Primaria Presidencial y, al mismo tiempo, la incertidumbre respecto de su resultado.
Ya sabemos que estarán en la papeleta del 29 de junio Carolina Tohá, Jeannette Jara y Gonzalo Winter disputando con opciones similares la candidatura del bloque oficialista. El partido del diputado Jaime Mulet (FREVS) habría completado su inscripción en las 16 regiones y estaría también en la papeleta. Aún hay incertidumbre respecto de si el Partido Liberal logrará juntar las 36 mil firmas que requiere en las regiones donde está inscrito para que Vlado Mirosevic pueda participar en la primaria.
Quienes en el Partido Radical empujaron para que ME-O ocupara la franquicia del partido para participar en las primarias no tuvieron éxito, pues dos tercios de su Consejo General aprobó la proposición de su directiva para concentrarse en las elecciones parlamentarias no llevando candidatura propia a las primarias.
El PR, en realidad, intentará en las próximas semanas negociar su apoyo a una de las candidaturas a cambio de omisiones y/o apoyos para sus candidaturas parlamentarias.
A ME-O, por su parte, le queda la opción de buscar firmas para inscribir en agosto su candidatura independiente o ser inscrito por una coalición de partidos recientemente constituidos -que tienen varios meses para completar su inscripción en 16 regiones- y que se sitúa políticamente a la izquierda de la coalición de gobierno. Claro que para representar ese sector político están también la senadora Campillai o el gobernador de Valparaíso, Rodrigo Mundaca.
Apostaría, sí, triple contra sencillo, que Marco Enríquez-Ominami irá de todas maneras por su cuarta candidatura presidencial y que su participación incidirá de manera relevante en el resultado de la primera vuelta.
El Partido Socialista finalmente optó por proclamar a su presidenta, Paulina Vodanovic, como candidata a la elección primaria del 29 de junio próximo. La apuesta es riesgosa, porque todos los sondeos actuales la sitúan en niveles de adhesión marginales junto a las candidaturas de Mirosevic, Mulet y Undurraga.
Si no logra romper la inercia de los números y entrar en la competencia verdadera, que está centrada en Tohá, Jara y Winter, llevará a su partido desde la posición central que ocupa hoy en la escena política a un lugar accesorio, sea porque su votación es tan escasa que no impidió el triunfo de Tohá o bien porque logró los votos suficientes para permitir el triunfo del Frente Amplio o del PC.
Esta decisión inédita de no unirse detrás de una candidatura presidencial común, si se concreta el 30 de abril, tendrá además consecuencias negativas en la tarea de reconstrucción de un actor de centroizquierda con opción de liderar procesos políticos futuros.
Está pendiente la decisión de la Democracia Cristiana, cuya Junta Nacional proclamó a su presidente Alberto Undurraga el 15 de marzo pasado para participar en una primaria sin el PC ni el Frente Amplio, la que definitivamente no tendrá lugar, por lo que deberá decidir si su candidato participa en la primaria junto a los demás, lo reemplaza o apoya la candidatura de Tohá o Vodanovic, o bien pasa de largo postergando su decisión para agosto, mientras consigue espacio en una lista parlamentaria que le dé esperanza de mantener su bancada de senadores y diputados.
Por eso, es muy improbable que Undurraga tenga respaldo interno para mantener su candidatura hasta la primera vuelta, aunque seguramente está pensando que tendría espacio electoral de ganar Jara o Winter la primaria oficialista. Como vemos, hay algunos espacios de incertidumbre que aún persisten de aquí al 30 de abril. La incertidumbre es máxima, en cambio, respecto de lo que va a ocurrir el domingo 29 de junio, porque en la grilla de partida aparecen tres candidaturas con opción de ganar, (Jara, Tohá y Winter) todo se jugará en los dos meses de despliegue territorial, debates y campaña comunicacional.
Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser deberán ver cómo suplen y contrarrestan la centralidad de la primaria y la visibilidad de las candidaturas oficialistas desplegándose en toda legalidad durante los meses de mayo y junio. Tienen la ventaja, eso sí, de poder avanzar en la conformación de sus respectivas listas parlamentarias mientras el oficialismo, concentrado en su disputa presidencial, difícilmente podrá avanzar de verdad hasta después del 29 de junio y, al revés de la oposición, aún no resuelve si va a competir en una lista única o se organizará en dos listas de fuerzas equilibradas, resolución indispensable para el despliegue de las candidaturas en el territorio.
La ley de Primarias se aprobó en 2012 para que los partidos y bloques políticos resolvieran sus disputas de liderazgo en alcaldes, senadores, diputados y presidente de la república (luego se agregaron los gobernadores regionales). No sabemos de ningún partido que esté pensando en elegir sus candidaturas en primarias y en las elecciones municipales de 2024 las primarias de alcaldes y gobernadores fueron la excepción. Mientras más débiles son los partidos políticos, mayor es el imperio de sus directivas y menor la participación ciudadana en sus decisiones.
Por Pepe Auth, analista político.
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