Esta poderosa canción fue escrita originalmente por Kelley Mooney cuando le pidieron que cantara «Hallelujah» de Leonard Cohen en la iglesia un domingo.
Después de mirar de cerca la canción, Kelley se dio cuenta de que la letra original no se alineaba en absoluto con la historia de la Pascua. Pensó que no sería una buena idea cantar esa letra, así que se le ocurrió una gran idea de reescribir la canción para contar la verdadera historia de la Pascua.