La designación del diputado Tomás de Rementería para ocupar el escaño de Isabel Allende en el Senado ha desencadenado un episodio de tensiones internas en el Partido Socialista (PS), revelando un entramado de desacuerdos y ajustes políticos que la dirigencia busca presentar como resueltos. Paulina Vodanovic, presidenta del PS, insistió en que la polémica fue “artificial”, atribuyendo el retiro inicial del oficio de designación a un requisito formal: la ratificación pendiente de la Comisión Política. Según explicó, la sesión del martes no pudo realizarse por la extensión de la votación de la ley de pesca, lo que retrasó el proceso hasta este miércoles, cuando finalmente se confirmaría la designación (declaraciones de Vodanovic desde el Congreso).
¿Por qué la controversia?
El conflicto estalló cuando Allende denunció públicamente que el PS había “contravenido el acuerdo” preestablecido con Vodanovic y la mesa directiva saliente. En sus palabras, la decisión de retirar el oficio inicial implicaba una falta de apoyo institucional a De Rementería, con quien había colaborado estrechamente en Valparaíso. Esta acusación expuso una fractura temporal en la cohesión partidaria, agravada por el anuncio del propio diputado de “dar un paso al costado” ante la percepción de desautorización.
No obstante, Vodanovic minimizó el episodio como un “malentendido”, asegurando que la ratificación era un mero trámite. Su narrativa apunta a normalizar el proceso, destacando que la Comisión Política actuó dentro de los plazos institucionales. Este enfoque busca proyectar estabilidad, aunque la secuencia de eventos —retiro del oficio, declaración crítica de Allende y rectificación pública del diputado— sugiere una falta de coordinación interna que podría reflejar tensiones entre facciones o liderazgos.
Claves del desenlace
- El rol de la Comisión Política: La insistencia de Vodanovic en respetar su ratificación subraya el peso de este órgano en las decisiones críticas del PS, aunque también evidencia que el acuerdo previo con Allende no fue suficiente para evitar disputas.
- La figura de Arturo Barrios: Todo indica que el vicepresidente del PS ocupará el escaño que dejará De Rementería en la Cámara de Diputados. Esta designación —aún por formalizarse— refleja un intento de equilibrar fuerzas internas, consolidando a figuras cercanas a la actual directiva.
- El costo político de las disputas públicas: La controversia, aunque resuelta rápidamente, dejó al descubierto vulnerabilidades en la gestión de transiciones dentro del partido. La reacción de Allende, una histórica referente socialista, podría interpretarse como una advertencia sobre la necesidad de mayor diálogo interno.
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