En medio de un escenario internacional marcado por alta volatilidad y riesgos crecientes para la economía chilena, el Grupo de Política Monetaria (GPM) recomendó este lunes mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 5%, al menos hasta contar con mayor claridad sobre los efectos externos que podrían impactar la actividad local.
Esto, previo a la Reunión de Política Monetaria (RPM) del Banco Central, cuya publicación se conocerá a partir de las 18.00 horas del día martes.
«El GPM recomienda mantener la Tasa de Política Monetaria en 5% hasta contar con mayor claridad sobre el escenario internacional y sus eventuales efectos sobre la economía local», señalaron los economistas Eugenia Andreasen, Carlos Budnevich, Kevin Cowan, Juan Pablo Medina y Andrea Tokman a través de un comunicado.
La recomendación del GPM llega tras semanas de elevada incertidumbre en los mercados, producto principalmente del conflicto arancelario desatado por Estados Unidos.
Según explicaron, «las últimas semanas han estado marcadas por los anuncios de subas de aranceles por parte de EE.UU. y los repetidos avances y retrocesos en este frente», lo que ha elevado considerablemente la incertidumbre global y provocado recortes en las proyecciones de crecimiento económico.
El informe detalla que el 2 de abril, el presidente de EE.UU. anunció un arancel general de 10% a todas las economías, junto con aumentos específicos sobre China que llevaron la carga total a cerca de 54%.
Posteriormente, en un proceso de retaliación, se anunciaron incrementos adicionales que podrían llevar las tarifas aplicadas a ciertos productos chinos hasta un 145%. Aunque luego se suspendieron temporalmente estas medidas por 90 días, «el impacto en los mercados fue inmediato», afirmaron los expertos.
Entre las consecuencias observadas, el GPM destacó que «los índices de volatilidad se dispararon, subieron las tasas de los bonos del Tesoro y continuó cayendo el dólar index mientras subía el oro».
Asimismo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) recortó su estimación de crecimiento global para 2025 desde 3,3% a 2,8%, y para 2026 de 3,3% a 3%. Para Estados Unidos, la proyección bajó de 2,7% a 1,8%, mientras que para China descendió de 4,6% a 4%, muy por debajo del objetivo oficial del 5%.
A la par de la revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento, también surgieron señales de enfriamiento de la demanda interna en EE.UU.
«El IPC de marzo sorprendió con una caída mensual de -0,1%, por debajo de lo anticipado, mientras que la inflación anual se ubicó en 2,4%, cuatro décimas menos que el registro previo», apuntaron.
No obstante, advirtieron que las proyecciones del último World Economic Outlook (WEO) del FMI «ajustaron al alza las perspectivas de inflación para EE.UU., pasando de 1,9% a 3% para 2025 y de 2% a 2,4% en 2026, reflejando el impacto de los nuevos aranceles».
En Europa, la situación también refleja dificultades. «El BCE recortó en 25 puntos base sus tasas de interés de referencia, en respuesta al estancamiento económico y al proceso de convergencia a las metas de inflación en curso», detallaron, añadiendo que en marzo la inflación en la Eurozona se ubicó en 2,2%, levemente por debajo del 2,3% de febrero.
Respecto a China, el GPM advirtió que «continúa enfrentando presiones deflacionarias: el índice de precios al consumidor de marzo cayó -0,4% mensual y -0,1% anual, prolongando la deflación por segundo mes consecutivo», lo que evidencia la debilidad del consumo interno y podría agravarse dependiendo de cómo evolucione la guerra comercial.
Impacto en Chile
En el caso de Chile, los economistas subrayaron que, aunque la exposición directa a las tarifas estadounidenses es limitada, el país «como economía pequeña y abierta, enfrenta una exposición relevante a los recientes desarrollos globales».
En un primer momento, el precio del cobre subió y el peso chileno se apreció, impulsados por compras anticipadas. Sin embargo, «estos efectos se revirtieron tras el anuncio del 2 de abril», sostuvieron.
Si bien el cobre no ha sido directamente afectado hasta ahora, su situación tarifaria futura «aún se encuentra bajo evaluación».
De acuerdo con el GPM, los principales riesgos para Chile provienen de impactos indirectos: «los riesgos más relevantes para Chile provienen de los impactos indirectos vinculados a la menor actividad esperada en sus principales socios comerciales, a la elevada volatilidad de los mercados y al empeoramiento de las condiciones de financiamiento», señalaron.
Estos factores ya están teniendo consecuencias. El FMI corrigió su proyección de crecimiento para Chile desde 2,2% a 2%, «cerca del límite inferior de las proyecciones del último IPOM», puntualizaron.
Actividad local e inflación
Sobre la situación interna, el GPM indicó que «la actividad local ha mostrado señales mixtas». Aunque 2024 cerró con buenos resultados y el inicio de 2025 fue positivo, en febrero se registró una caída anual de -0,1% en el Imacec, afectado por factores transitorios como el año bisiesto y cortes eléctricos. No obstante, se observó un crecimiento trimestral de 0,8%.
En cuanto al mercado laboral, «la tasa de desempleo subió a 8,4% en el trimestre diciembre-febrero, 0,4 puntos porcentuales más que en el trimestre móvil anterior», señalaron, explicando que aunque hubo creación de empleo en construcción, comercio y minería, esta no fue suficiente para absorber el aumento de la fuerza laboral.
Respecto a la inflación, el informe describe que «la inflación en Chile se ha comportado en línea con lo previsto, manteniéndose por encima de la meta, pero dentro de un proceso gradual de convergencia».
En marzo, el IPC total aumentó 0,5% mensual y 4,9% anual, impulsado principalmente por el alza en educación. Además, destacaron que «el IPC sin volátiles aumentó 0,4% mensual y 3,7% anual», lo que refleja que los efectos de segunda vuelta asociados al ajuste en tarifas eléctricas «continúan teniendo un impacto acotado».
El GPM también resaltó que la caída en los precios del petróleo y otras materias primas, junto a una menor presión de demanda, «podría favorecer una convergencia más rápida» hacia la meta de inflación. A esto se suma que «las expectativas de inflación a dos años permanecen ancladas en torno al 3%, tanto en la EEE como en la EOF», donde esta última volvió a converger a 3,1% tras alcanzar un 3,5% en enero.
Proyección y recomendaciones
En su balance final, el Grupo de Política Monetaria afirmó que «el contexto actual se caracteriza por una elevada incertidumbre y riesgos externos que ya se reflejan en menores perspectivas de crecimiento».
A nivel local, consideraron que «la inflación y la actividad han evolucionado en línea con lo previsto», y que «las expectativas de inflación a dos años permanecen ancladas en torno al 3%».
De mantenerse este escenario, el GPM sugiere que en el futuro se podría «retomar gradualmente el proceso de convergencia hacia niveles consistentes con la TPM neutral».
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