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El primer cuarto de hora del partido mostró el planteamiento típico de dos equipos  complicados.

Porque si bien uno se detiene en este momento de Colo Colo, que tiene un Antes y un Después del 10 de abril del 2025.

Hasta esa noche todo era optimismo y la celebración propia de un club que se aproximaba nada menosn que a su Centenario.

De ahí en adelante, todo cambió y la realidad del equipo popular se trasladó desde el optimismo por un año que prometía ser solamente de festejos, hasta el dolor por la tragedia, y la incertidumbre por un castio por parte de la Conmebol, que se suponía ser tan duro como finalmente lo fue.

Y ese ambiente nublado se trasladó hasta la cancha, donde el equipo pasó de ser el mejor de nuestro medio y candidato a ganarlo todo a este cuadro que pierde con Limache y que con los dos puntos que le sacó la FIFA quedó último en su grupo.

Y la realidad de Fortaleza se resume en un solo dato: diez partidos sin poder ganar, por lo menos en cancha.

Como consecuencia, dos entrenadores – Jorge Almirón y Juan Pablo Vojvoda– con la soga al cuello o al menos en entre dicho.

Por lo mismo, el planteamiento inicial fue conservador por ambos lados. Primero pensemos en no perder y después tratemos de ganar

REACCIONA PRIMERO FORTALEZA Y GOLEA

En ese planteamiento, el primero que se fue soltando fue el equipo local.

Porque, en la cancha, los jugadores brasileños se dieron cuenta que Colo Colo no estaba sólido en defensa. Indecisos en las cobreturas, erráticos en la salida y perdiendo en los mano a mano.

Fue lo que entendió primeramente Breno López que se llevó con suma facilidad a Zaldivia y con poco ángulo se la clavó arriba a Cortés.

Y poco después, fue aún peor, porque Marinho tomó la pelota a mucha distancia del área y cargado hacia la derecha. Fue encarando hacia adentro y dejando atrás a todos los que se le cruzaron en el camino y desde la entrada del áre sacó un zurdazo bajo que se metió junto al palo izquierdo de Cortés, que al igual que en el primer gol dio la impresión que podía haber hecho algo más que la poca resistencia que opuso.

Y el tercero fue, decididamente, para enterrarse: córner desde la izquierda en el minuto 39´. Pelota que parecía fácil de despejar, pero un jugador brasileño saltó a la entrada del área y la devolvió hacia adentro. Amor la dejó picar, a Cortés lo superó ridículamente el bote y Deyverson sólo tuvo que empujarla para mandarla adentroImagen

El segundo tiempo comenzó de manera similar a como terminó el primero. La única diferencia es que ahora por fin Brayan Cortés tuvo atajadas a la altura de un arquero que es seleccionado de su país.

Porque la defensa, con el ingreso de Bruno Gutiérrez por Erick Wiemberg no mejoró mucho que digamos y por lo mismo, a los pocos minutos el que salió fue Emiliano Amor, reemplazado por Marcos Bolados. Pasó así de línea de tres a línea de cuatro, en un intento de Almirón por recomponer un equipo que se le estaba cayendo a pedazos.

Hay que reconocer que Bolados aportó lo mínimo que se le puede pedir a jun jugador de Colo Colo: espíritu de lucha. Su ejemplo, al menos, operó positivamente en el resto del equipo que fue a bucar el partido, a tratar de ser protagonista, a intentar descontar para no hacer tan vergonzosa la derrota.

Que fue aún peor, porque lo más que podía dolerle a los hinchas albos es que les hieciera un gol Juan Martín Lucero. Y se los hizo no más. A los 85´ el jugador que se fue por la ventana del Monumental entró por la puerta abierta que dejó una vez más la defensa popular y la picó sobre la salida de Cortés para el 4-0

/ESTAMOS AM

/José Pablo Verdugo