Con la Capilla Sixtina ya preparada y la chimenea instalada para anunciar con humo blanco o negro al próximo líder de la Iglesia, el Vaticano entra en cuenta regresiva para el cónclave que comenzará el 7 de mayo. Sin embargo, en paralelo al clima de expectación, surgen críticas que complican a dos de los principales favoritos: el cardenal Pietro Parolin y el filipino Luis Antonio Tagle, señalados por su gestión frente a los abusos sexuales en la Iglesia.

En una conferencia realizada en las inmediaciones del Vaticano, Anne Barrett Doyle, directora de la organización Bishop Accountability, advirtió que sería “perturbador” que alguno de ellos fuera elegido Papa, por su supuesta falta de acción o encubrimiento ante casos de abuso clerical. “No podemos tener otro papa que no tome medidas contra el encubrimiento”, sentenció.

Acusaciones directas contra Parolin: “No es un ejemplo de transparencia”

Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, ha sido considerado un hábil diplomático, pero esa misma discreción es vista con sospecha por quienes exigen mayor transparencia. “Ningún alto prelado ha guardado tantos documentos secretos sobre este tema como él”, afirmó Doyle, y añadió que “cualquier solicitud de información sobre casos de abusos pasaba por su oficina”.

Como ejemplo, citó la negativa de la Santa Sede a cooperar con la Royal Commission australiana, que investigaba cientos de denuncias. “La decisión de no responder fue obstrucción de justicia”, acusó. También cuestionó que hasta hoy no se haya publicado el informe elaborado por Charles Scicluna y Jordi Bertomeu tras su visita a Chile en 2018. “Eso es encubrimiento”, afirmó.

Aunque el Vaticano publicó en 2020 un informe sobre el excardenal Theodore McCarrick, del cual Parolin había sido corresponsal, Doyle lo consideró insuficiente y criticó la lentitud institucional en actuar frente a los antecedentes disponibles.

Tagle bajo la lupa: liderazgo débil frente a una Iglesia silenciosa

El otro favorito, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, tampoco salió bien parado. A pesar de ser una figura carismática y cercana al papa Francisco, su rol frente a los abusos fue calificado como pasivo. “Es un caballero cuando habla del tema, pero cuando fuimos a Filipinas, lo que vimos nos dejó boquiabiertos”, señaló Doyle.

La directora de Bishop Accountability cuestionó que Filipinas nunca haya publicado pautas oficiales para prevenir abusos, y atribuyó esa omisión a la falta de liderazgo de Tagle. “Ni siquiera pudo lograr eso. ¿Qué podemos esperar si llega a ser Papa?”, se preguntó.

Desde Filipinas intervino el abogado Michal Gatchalian, víctima de abuso a los 17 años. “Lo denuncié hace 23 años, sin apoyo de nadie. Hoy, nada ha cambiado”, relató. Por su parte, el sacerdote Shay Cullen, reconocido defensor de los derechos de la infancia, fue enfático: “No hacer nada es como encubrir”. Aunque no responsabilizó directamente a Tagle, criticó duramente la pasividad de la jerarquía eclesiástica filipina, recordando que ningún sacerdote ha sido condenado, pese a que su fundación ha logrado más de 20 condenas contra abusadores.

Una alternativa inesperada: el nombre de Pablo “Ambo” David toma fuerza

Frente al clima de desconfianza hacia los candidatos más visibles, surgió una figura alternativa: el cardenal Pablo “Ambo” David, obispo de Kalookan. Propuesto por Cullen como una opción “íntegra”, David es conocido por denunciar los crímenes del régimen de Rodrigo Duterte en Filipinas y exigir que los casos de abusos clericales sean juzgados por tribunales civiles. “Ha llegado el momento de un papa filipino que defienda los derechos humanos y proteja a los niños”, expresó el misionero.

David, de 66 años, fue creado cardenal en 2024 y su nombre ha comenzado a circular en las congregaciones previas al cónclave, especialmente ante la falta de consenso en torno a Parolin y Tagle.

Reacciones desde el Vaticano: “No es cierto lo que dicen de Parolin”

Consultado por el diario La Nación, el jesuita Hans Zollner, experto en prevención de abusos en el Vaticano, cuestionó las afirmaciones de Bishop Accountability. “Lo de Parolin no es verdad: ¿cómo pueden decir estas cosas?”, respondió. Aclaró además que existen protocolos diplomáticos específicos para canalizar solicitudes de información, y que estos deben ser respetados para mantener la legalidad internacional.

Con el inicio del cónclave a solo días, el escenario se torna más complejo. A la espera de la primera fumata, el futuro de la Iglesia Católica parece atravesar no solo una elección espiritual, sino también una prueba de credibilidad frente a uno de los mayores escándalos que ha enfrentado en su historia reciente.

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