Un equipo de científicos de la Universidad del Sur de Florida (USF) ha desarrollado un cóctel probiótico que podría tener efectos positivos sobre la salud cerebral, al influir en el equilibrio del microbioma intestinal. Según los investigadores, este desarrollo podría representar un nuevo enfoque para prevenir enfermedades neurodegenerativas como la demencia y el Alzheimer.

El microbioma intestinal —la comunidad de microorganismos que habita el intestino humano— juega un papel fundamental en la salud general. Cuando existe un desequilibrio en esta comunidad, debido a la proliferación de bacterias o virus dañinos, se pueden desencadenar procesos inflamatorios que afectan también al cerebro.

Hariom Yadav, director del Centro de Investigación del Microbioma de USF Health y profesor asociado de Neurocirugía y Reparación Cerebral en la Facultad de Medicina Morsani, lidera el equipo de investigación responsable del desarrollo del cóctel. “Nuestra población que envejece podría beneficiarse potencialmente de los efectos que esta bebida puede tener sobre la salud cerebral”, explicó el especialista en un comunicado oficial.

En el estudio, publicado en Scientific Reports y titulado “Protección de la progresión de la enfermedad de Alzheimer mediante un cóctel de probióticos de origen humano”, se detalla la formulación de la mezcla, compuesta por varias cepas de bacterias conocidas por su capacidad de favorecer un intestino saludable. Para evaluar su eficacia, el cóctel fue administrado durante 16 semanas a ratones, quienes posteriormente fueron sometidos a una prueba de “laberinto acuático” para medir su memoria y orientación. Los resultados mostraron que los animales tratados con el probiótico localizaron la plataforma oculta más rápidamente, lo que sugiere una mejora en su función cognitiva.

Los investigadores también detectaron una reducción en los niveles de proteínas asociadas a la formación de placas en el cerebro, una disminución de la inflamación cerebral, y una preservación de las uniones celulares en la barrera hematoencefálica, encargada de proteger el cerebro de microorganismos nocivos. “Estos hallazgos sugieren que la mezcla probiótica podría ralentizar la progresión del deterioro cognitivo y de la enfermedad de Alzheimer”, señalaron en el informe.

Según Yadav, el diseño de esta fórmula se basa en un enfoque multicepa: “Normalmente se buscan probióticos monocatenarios, pero descubrimos que, al combinarlos, tienen mayor capacidad para manipular los microbiomas, transformándolos del lado negativo al positivo”.

El equipo también enfatizó que las intervenciones tempranas son clave para prevenir o retrasar la aparición de síntomas. “Es fundamental desarrollar tratamientos seguros, efectivos y que puedan aplicarse en etapas tempranas de la vida, con garantías a largo plazo”, explicaron.

Parte del análisis se centró en comprender el vínculo entre el intestino y el cerebro. Se observó que una condición conocida como “intestino permeable” —en la cual el revestimiento intestinal permite el paso de microorganismos dañinos al torrente sanguíneo— provoca una reacción del sistema inmunológico que puede derivar en inflamación cerebral. “Estas células inmunitarias inflamatorias terminan llegando al cerebro, donde no deberían estar, generando neuroinflamación y daño neuronal”, explicó Yadav. “Básicamente, cuando la inflamación aumenta en el cuerpo, también se debilita la barrera hematoencefálica y se incrementa su permeabilidad”, agregó.

El cóctel fue diseñado para reducir la presencia de bacterias inflamatorias en el intestino, suprimiendo su proliferación. Aunque los resultados preliminares son alentadores, el Dr. Yadav aclaró que aún no se ha definido si la tecnología será licenciada mediante una startup, y que antes es necesario realizar ensayos clínicos para evaluar su eficacia en humanos. “Queremos asegurarnos de que funcione clínicamente, pero somos optimistas”, comentó.

Santosh K. Prajapati, primer autor del estudio, afirmó: “Nuestro objetivo es desarrollar una fórmula probiótica segura, sencilla, eficaz y de alta adherencia, que pueda incorporarse a la dieta diaria para prevenir enfermedades neurodegenerativas”.

Hallazgos previos: el rol de los virus intestinales

Un estudio previo del Dr. Yadav, publicado en diciembre en la revista Gut Microbes, analizó cómo los virus presentes en el intestino, especialmente los bacteriófagos, podrían estar relacionados con el deterioro cognitivo en adultos mayores. El artículo, titulado “Anormalidades en las firmas del viroma intestinal vinculadas al deterioro cognitivo en adultos mayores”, concluyó que estos virus —que infectan bacterias intestinales— se vuelven más frecuentes con la edad, en particular entre los 60 y 80 años, y están presentes en mayor proporción en personas con demencia o en etapas iniciales de la enfermedad.

“Estos virus pueden replicarse dentro de las células bacterianas, romperlas y diseminarse para infectar otras, alterando de forma significativa el equilibrio microbiano”, detalló Yadav. El trabajo también constató que los bacteriófagos juegan un papel importante en la dinámica del microbioma en edades avanzadas, lo que podría tener implicancias directas en la salud cerebral.

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