El Departamento de Estado de EE.UU. emitió este 12 de mayo una alerta de viaje categórica: insta a ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes en Venezuela a abandonar el país “de inmediato” ante un “riesgo extremo” de detenciones arbitrarias, tortura, secuestros, violencia criminal y colapso sanitario. “No viaje ni permanezca en Venezuela por ningún motivo”, subraya el documento, que recalca la imposibilidad de ofrecer asistencia consular desde el cierre de la embajada en Caracas en marzo de 2019.
Detenciones arbitrarias y tortura: el patrón denunciado
El informe detalla que fuerzas de seguridad venezolanas han retenido a estadounidenses hasta por cinco años sin acceso a abogados, familiares o visitas consulares. Según testimonios de exdetenidos y organizaciones de derechos humanos citados por el Departamento de Estado, las prácticas incluyen golpizas severas, waterboarding (ahogamiento simulado) y posturas de estrés prolongadas. La advertencia es clara: el riesgo aplica incluso para quienes ingresen con otro pasaporte, pues el estatus migratorio estadounidense los hace blanco potencial.
Violencia, caos sanitario y fronteras bajo vigilancia
El documento enumera peligros en cascada:
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Criminalidad descontrolada: secuestros, homicidios y robos armados son frecuentes, mientras protestas son reprimidas con gas lacrimógeno y balas de goma, a menudo derivando en saqueos.
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Colapso sanitario: escasez de medicamentos, equipos médicos y servicios básicos convierte cualquier emergencia en un riesgo letal. Se recomienda llevar fármacos para toda la estadía y vacunarse contra fiebre amarilla, tifoidea, polio y malaria.
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Aeropuertos y fronteras: la FAA prohíbe vuelos civiles en espacio aéreo venezolano, y cruzar la frontera “incluso unos metros” sin visa previa puede resultar en detención indefinida.
Prepararse para lo peor: testamentos y códigos de seguridad
Para quienes ignoren la alerta, el gobierno estadounidense sugiere medidas extremas: redactar testamento, designar beneficiarios de seguros, establecer protocolos de comunicación cifrada con familiares y contratar empresas privadas de seguridad. “Los planes de emergencia no deben contar con asistencia de EE.UU.”, advierte el texto, que también urge adquirir seguros de evacuación médica.
Riesgo sin margen de error
La alerta concluye sin ambigüedades: “La única opción segura es no ir”. Este mensaje refleja la profundización de la crisis venezolana, donde la combinación de inestabilidad política, violaciones sistemáticas a derechos humanos y colapso institucional ha convertido al país en una zona de alto riesgo sin red diplomática de respaldo. Con Nicolás Maduro en el poder y sanciones internacionales vigentes, el escenario para ciudadanos extranjeros —especialmente estadounidenses— se perfila como una trampa sin salida garantizada.
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