En una entrevista exclusiva en ‘Cuarto Milenio’, el exdirector del Programa Avanzado de Identificación de Amenazas Aeroespaciales del Pentágono, Luis Elizondo, reveló detalles hasta ahora inéditos sobre su trabajo con fenómenos OVNI. Bajo la atenta mirada del presentador Iker Jiménez, Elizondo confesó que filtrar los tres famosos videos de objetos no identificados en 2017 —grabaciones que mostraban tecnología “muy superior a cualquier arma en nuestro arsenal”— puso en riesgo su carrera y seguridad: “Pero valió la pena: la gente supo que esto se investigaba”.
Restos biológicos y un acuerdo de silencio: ¿La prueba definitiva?
El momento más impactante llegó cuando Elizondo mencionó bajo juramento —durante su comparecencia en el Congreso estadounidense en 2024— la existencia de “restos biológicos recuperados de un OVNI estrellado”. Sin embargo, admitió que el gobierno le obligó a firmar un acuerdo para no profundizar en este tema en su libro. “Estos objetos pueden interferir en nuestras capacidades militares y violan espacios aéreos restringidos. Yo lo he visto”, insistió, sin ofrecer más detalles por las restricciones legales.
El escepticismo en el plató: ¿Juego político o verdad incómoda?
Mientras algunos en el estudio de ‘Cuarto Milenio’ celebraron las declaraciones, otros, como el colaborador Fernando Cámara, cuestionaron la voluntad real de EE.UU. para transparentar el tema: “Con Trump eran optimistas, pero ni en sus primeros 100 días habló de OVNIs”. Este escepticismo refleja un patrón histórico: aunque figuras como Elizondo insisten en la amenaza, las administraciones —ya sean republicanas o demócratas— evitan el debate público.
La teoría del “secretismo necesario”: seguridad nacional vs. derecho a saber
Elizondo argumentó que ciertos sectores del gobierno estadounidense bloquean la divulgación por “seguridad nacional”. Según él, los OVNIs representan un riesgo operativo: “Desafían nuestro espacio aéreo con tecnología que no comprendemos”. Pero esta postura choca con las demandas de transparencia. ¿Hasta qué punto el secretismo protege a los ciudadanos, y hasta qué punto encubre fracasos en inteligencia o incluso pactos oscuros?
Análisis final: ¿Por qué ahora?
El timing de Elizondo es intrigante: tras años de silencio, elige un programa de alta audiencia en España para revelar datos sensibles. ¿Busca presionar al gobierno? ¿O capitalizar el creciente interés global por los OVNIs, alimentado por informes recientes del Pentágono? Sea cual sea su motivación, sus declaraciones reavivan preguntas incómodas: si existen restos biológicos de origen no humano, ¿qué implicaría esto para la ciencia, la política y nuestra visión del universo?
Elizondo, un whistleblower con credenciales militares, sigue desafiando el muro de silencio de EE.UU. Mientras, programas como ‘Cuarto Milenio’ se convierten en plataformas alternativas para un debate que la clase política evita. La pregunta ya no es si existen los OVNIs, sino cuánto más ocultan los gobiernos… y por qué.
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