El Barómetro de la Economía Chilena, elaborado por el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello (UNAB), reveló que el índice IPP-UNAB cayó de 17,4 a 12,8 puntos en abril, marcando su segundo retroceso mensual consecutivo. Aunque el índice aún se ubica en la categoría de «bien y mejorando», la tendencia apunta a un deterioro progresivo en el desempeño económico del país.

El estudio clasifica variables clave en cuatro cuadrantes según su estado y evolución. En abril, el cuadrante más negativo, «mal y empeorando», aumentó de 16,7 % a 29,2 %, abarcando variables críticas como el desempleo, el Imacec, la confianza empresarial y de consumidores, el tipo de cambio y la inversión extranjera directa.

El informe advierte que, en comparación interanual, existe una mayor concentración de variables en zonas negativas, reflejando un deterioro estructural. “La situación macroeconómica continúa siendo el componente más debilitado del Barómetro”, señala el análisis.

Entre los pocos aspectos positivos, el subíndice de situación de los consumidores mejoró su posición general, gracias al avance de variables como las remuneraciones reales y la tasa de interés de créditos de consumo. Sin embargo, el desempleo volvió a deteriorarse, cayendo al cuadrante de «mal y empeorando».

En contraste, el subíndice de expectativas se debilitó, y pasó de “bien y mejorando” a “bien pero empeorando”, debido al retroceso de la confianza empresarial y de los consumidores, y el descenso del IPSA.

El subíndice macroeconómico se mantuvo en su cuadrante, aunque mostró tres deterioros importantes: el Imacec, el tipo de cambio y el precio del cobre. Las exportaciones fueron la única variable que mostró una leve mejora.

“Chile enfrenta señales mixtas y presiones crecientes desde el exterior. La principal tarea en el corto plazo será evitar que el deterioro se consolide. Esto implica fortalecer inversión, productividad e integración internacional”, concluye el informe del IPP UNAB.

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