El misterio en los cielos del suroeste estadounidense vuelve a ser noticia. Un F-16 Viper de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos colisionó con un objeto no identificado —aparentemente un dron de color naranja y blanco— en enero de 2023, lo que obligó a dejar en tierra a la aeronave de combate, valorada en más de 63 millones de dólares, debido a los daños sufridos en su cabina.
La Administración Federal de Aviación (FAA) confirmó el hecho a través de documentos obtenidos por el medio especializado The War Zone. El choque ocurrió durante una operación de entrenamiento y dañó la cúpula de la cabina —una parte crítica para la visibilidad y protección del piloto— sin causar lesiones al ocupante.
Oleada de avistamientos y preocupación militar
El evento no fue aislado. Al día siguiente, se reportaron tres nuevos avistamientos de objetos similares en la misma región. Según registros oficiales, estos dispositivos —clasificados como sistemas aéreos no tripulados (UAS)— suelen operar en grupos, a altitudes elevadas y en áreas reservadas para ejercicios militares.
Luis Elizondo, exjefe del programa de identificación de amenazas aeroespaciales del Pentágono, afirmó que la región fronteriza de Arizona ha sido testigo de una intensa actividad aérea anómala: “Mucha gente ha reportado muchas cosas desde Arizona, particularmente cerca de la frontera con México”, señaló a News Nation.
¿Drones narco o tecnología desconocida?
Aunque se presume que el objeto fue un dron, aún no hay confirmación sobre su procedencia. Las autoridades manejan varias hipótesis. Una de ellas apunta a cárteles del narcotráfico, que estarían utilizando drones sofisticados para transportar drogas a través de la frontera. Ron Vitiello, exjefe de la Patrulla Fronteriza, señaló que estas organizaciones “pueden estar empleando tecnología a la que no estamos acostumbrados” para sortear los controles estadounidenses.
Según fuentes de seguridad, algunos de estos drones podrían cargar hasta 10 kilogramos de estupefacientes por vuelo, operando en rutas que pasan por zonas militares sin ser fácilmente detectados por radar.
Más de 700 reportes, pocas respuestas
Entre mayo de 2023 y junio de 2024, la Oficina de Resolución de Anomalías de Todo Dominio (AARO), del Departamento de Defensa, registró 757 reportes de fenómenos aéreos no identificados (UAP), de los cuales solo 49 han sido cerrados con explicación definitiva. El resto permanece bajo investigación, sumando incertidumbre a un fenómeno cada vez más frecuente.
Conclusión
La colisión del F-16 con un objeto no identificado eleva la preocupación sobre los riesgos que enfrentan las operaciones aéreas militares en suelo estadounidense. Aunque no hay indicios directos de una amenaza extraterrestre, la combinación de tecnología desconocida, actividades criminales y brechas en la vigilancia aérea sugiere que los cielos siguen siendo un espacio de conflicto silencioso.
Las autoridades, mientras tanto, insisten: cada reporte es analizado. Pero el misterio permanece. ¿Quién —o qué— está desafiando las normas del espacio aéreo más vigilado del mundo?
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