En una histórica decisión militar, el canciller alemán Friedrich Merz acusó este jueves a Rusia de representar una amenaza directa para la seguridad en Europa, durante su visita oficial a Lituania, donde comenzó a operar una brigada blindada alemana destinada a reforzar el flanco oriental de la OTAN.

“Rusia, tal como se presenta hoy, es una amenaza para todos nosotros. Es contra esa amenaza que nos protegemos, y por eso estamos aquí hoy”, afirmó Merz desde Vilna, en una declaración conjunta con el presidente lituano Gitanas Nauseda.

A la ceremonia también asistió el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius, quien destacó el rol estratégico de Lituania como “el Estado más amenazado en el flanco oriental de la OTAN”, debido a su cercanía con el enclave ruso de Kaliningrado y con Bielorrusia, país aliado de Moscú.

Cambio de paradigma alemán

El despliegue de esta brigada —que tendrá 5.000 efectivos y 200 civiles hacia 2027— marca un giro en la política de defensa alemana. Es la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que el ejército alemán instala una unidad militar permanente en el extranjero, rompiendo con su tradicional postura pacifista.

Actualmente, la brigada ya cuenta con 400 soldados en suelo lituano desde abril. Esta medida forma parte de la estrategia alemana para reforzar su compromiso con la defensa colectiva de la OTAN frente a la agresión rusa en Ucrania, iniciada en 2022.

“Lo que Alemania está haciendo no es solo simbólico, es una clara señal de que estamos preparados para defender cada centímetro del territorio de la Alianza”, agregó Pistorius.

Una OTAN más fuerte en el este

El despliegue responde a la creciente preocupación de las repúblicas bálticas —Estonia, Letonia y Lituania— sobre una posible agresión rusa. Todas ellas, hoy miembros tanto de la OTAN como de la Unión Europea, han aumentado sus llamados a reforzar las capacidades defensivas ante la creciente militarización rusa en sus fronteras.

La iniciativa alemana también va en línea con el compromiso de Berlín de aumentar significativamente su gasto en defensa, en palabras del propio Merz, con el objetivo de convertir a su país en “la mayor potencia militar de Europa”.

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