La ministra de la Mujer, Antonia Orellana, confirmó este martes en entrevista con CNN Chile que el proyecto de ley para despenalizar el aborto hasta las 14 semanas de gestación será ingresado formalmente al Congreso este miércoles. La iniciativa, inspirada en el marco legal alemán, busca regular la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) dentro de ese plazo, con un enfoque en la accesibilidad: hasta las 12 semanas, el procedimiento podría realizarse en atención primaria de salud, «siempre que el diagnóstico lo permita».

2. El camino legislativo: plazos y obstáculos políticos
Aunque el texto será presentado mañana, Orellana advirtió que el debate parlamentario solo comenzará el próximo lunes debido a la semana distrital. Este retraso inicial anticipa un proceso complejo en un Congreso sin mayorías claras, donde la oposición de sectores conservadores —especialmente de la derecha y grupos evangélicos— podría tensionar su avance.

3. Contexto y desafíos: ¿un giro tras años de restricciones?
Chile actualmente permite el aborto solo en tres causales (riesgo vital de la madre, inviabilidad fetal y violación), vigentes desde 2017. El proyecto de Orellana representa un cambio paradigmático al adoptar un modelo de plazos, alineándose con países como Alemania y España. Sin embargo, su éxito dependerá de cómo el oficialismo negocie con fuerzas moderadas, como parte del Partido Demócrata Cristiano, históricamente reacio a ampliar estas normas.

Análisis clave: entre la salud pública y la batalla ideológica

  • Acceso vs. regulación: Al plantear que hasta las 12 semanas el aborto se realice en atención primaria, el gobierno busca descentralizar y agilizar el acceso, un avance significativo para mujeres en zonas rurales o con menos recursos. No obstante, queda pendiente aclarar cómo se garantizará la objeción de conciencia institucional, un tema que ya generó conflictos en la ley de tres causales.

  • El factor constitucional: La discusión coincide con el proceso de reforma a la Constitución, donde sectores progresistas buscan consolidar derechos sexuales y reproductivos. La oposición, en cambio, podría usar el debate para movilizar a su base en contra de lo que califican como una «agenda ideológica».

4. La voz oficial: Orellana y el mensaje estratégico
La ministra enfatizó en CNN Chile que el proyecto «regula la interrupción voluntaria» en lugar de solo despenalizarla, un matiz que busca reducir resistencias al vincularlo a un marco de salud pública. Además, al citar el modelo alemán —país con una de las tasas de aborto más bajas de Europa—, el gobierno intenta reforzar la idea de que la iniciativa prioriza la prevención y la educación sexual, no solo la interrupción.

¿Qué sigue?
El ingreso del proyecto marca solo el inicio de una batalla legislativa que promete ser intensa. Mientras el oficialismo insiste en que es un «derecho esencial», la oposición ya adelanta críticas. Víctor Pérez (UDI), por ejemplo, declaró horas antes del anuncio: «Es inaceptable que se promueva el aborto como un derecho, ignorando la protección de la vida». Con un escenario polarizado, la ciudadanía observa si este debate logrará conciliar ética, salud y autonomía corporal en un país aún marcado por tradiciones conservadoras.

  • Esta noticia fue redactada utilizando los adelantos técnicos propios de este sitio web. Se acepta cualquier reproducción en otro medio, ojalá citando la fuente:www.eldiariodesantiago.cl

/gap