Este miércoles, la Cancillería chilena anunció el retiro inmediato de sus dos agregados militares en Israel –el coronel Christian Stuardo (Defensa y Aéreo) y el coronel Marcelo Eló (Militar)–, quienes regresarán a Chile este viernes. La decisión, coordinada entre Defensa y Relaciones Exteriores, fue notificada formalmente al gobierno de Benjamin Netanyahu.

La Justificación Oficial:
Según fuentes de La Moneda, la medida responde a:

  1. «La gravísima situación humanitaria» en Gaza.

  2. La «desproporcionada e indiscriminada operación militar» israelí.

  3. Los «constantes obstáculos» para el ingreso de ayuda humanitaria.
    La Cancillería enfatizó la demanda chilena a Israel de «cesar su operación militar», «permitir el ingreso de ayuda» y «respetar el derecho internacional».

Contexto Inmediato y Antecedentes de Tensión:

  • La decisión se tomó la semana pasada tras «una escalada de la ofensiva de Israel» (Cancillería), sumando 19 meses de conflicto.

  • Es parte de un patrón de fricciones:

    • Exclusión de Israel de la FIDAE 2024 (Boric: «No podía permitir que se estuvieran exponiendo armas con que se está masacrando un pueblo»).

    • No recepción de cartas credenciales del embajador Artzyeli (2022).

    • Ausencia presidencial en la Janucá 2023, contrastando con participación en Navidad palestina (Boric acusó a Netanyahu de «crimen de guerra, crimen contra la humanidad»).

  • La embajada israelí en Chile «no ha entregado una respuesta» al anuncio.

Implicancias Estratégicas y Militar:
Expertos y las fuentes destacan el impacto potencial:

  • Función crítica de los agregados: Según el texto, son el «enlace entre las Fuerzas Armadas chilenas y las del país anfitrión», encargados de:

    • Establecer relaciones diplomático-militares.

    • Compartir y recoger información militar, estratégica, tecnológica y de defensa.

    • Facilitar la relación estratégica en «plataformas, suministros, logística, entrenamiento, modificaciones al sistema de armas».

  • Dependencia chilena: Fuentes destacan que «Israel es un país relevante en la fabricación de insumos para la industria militar, con quien Chile tiene una dependencia estratégica», específicamente en:

    • Tecnologías de comunicaciones, mando y control, y observación.

    • Política satelital (reemplazo del satélite francés de 2010).

  • Riesgo operativo: El retiro «puede implicar un deterioro y ralentización en esa cadena de suministros» (expertos en relaciones militares). Analistas añaden la incertidumbre sobre la reacción de «aliados de Israel, comenzando por Estados Unidos».

Análisis del Riesgo Nacional:
John Griffiths (AthenaLab) plantea cuestionamientos clave:

  • «Espero que la decisión haya sido tomada teniendo en cuenta todos los factores en pro y en contra, y el interés nacional del país».

  • Advierte que «Cuando se adquieren capacidades militares, se crea una relación estratégica con el país, y se genera una dependencia del proveedor».

  • Interpreta el retiro como «enviar un mensaje a Israel», pero alerta: «El punto es cuál será su reacción y el grado de compromiso que tendrán otros elementos de nuestro interés nacional… Nadie va a afectar gratuitamente su interés nacional».

  • Concluye: «El interés nacional se debe sopesar con otras consideraciones… hay que ponderarlas y evaluarlas».

Contexto Regional y Doméstico:

  • La medida se anuncia días antes de la Cuenta Pública presidencial, en un contexto interno marcado por escándalos (licencias públicas, caso ProCultura) y la reactivación del proyecto de aborto.

  • Cancillería niega que Boric anuncie ruptura diplomática, pese a llamados internos (ej. candidata PC Jeannette Jara).

  • Chile ya había anunciado (Cuenta Pública 2024) apoyo a acciones legales contra Israel (Corte Penal Internacional y caso Sudáfrica).

  • En Latinoamérica, Bolivia y Colombia cortaron relaciones con Israel en 2023.

Conclusión Analítica:
La decisión chilena trasciende lo simbólico. Expresa una condena ética máxima a Israel, pero colisiona con una dependencia estratégica militar y tecnológica documentada. El verdadero costo para el «interés nacional» –concepto central en el análisis de Griffiths– dependerá de la respuesta israelí y sus aliados, y de la capacidad de Chile para gestionar las consecuencias en su cadena de suministros de defensa. El gobierno balancea presión política interna, alineamiento regional y un riesgo estratégico tangible.

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