Dormir más horas de lo habitual para compensar el cansancio puede parecer una solución efectiva, pero expertos advierten que esta práctica puede alterar el ritmo circadiano y generar efectos negativos sobre la salud y los niveles de energía a lo largo del día.
La nutricionista registrada Melissa Jaeger explicó a EatingWell que prolongar el sueño más allá del horario habitual puede causar una “resaca de sueño”, caracterizada por baja energía y dificultad para concentrarse. Además, alertó que la costumbre de posponer la alarma interrumpe el ciclo natural del sueño, impidiendo un despertar reparador y provocando que las actividades diarias se perciban más demandantes.
Para evitar estos efectos, Jaeger recomendó mantener una rutina de descanso constante, clave para el bienestar físico y mental.
10 acciones sencillas para recuperar la energía diaria
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Hidratación matutina
Comenzar el día con un vaso de agua ayuda a combatir la deshidratación, que afecta la calidad del sueño. La especialista Jessica Cording aconseja beber agua antes del café para optimizar las funciones corporales desde temprano. -
Ejercicio matutino
Realizar actividad física en la mañana, como caminatas, yoga o entrenamiento de fuerza, estimula el flujo sanguíneo y la liberación de endorfinas, aumentando la vitalidad y reduciendo la fatiga. -
Desayuno nutritivo
Una primera comida balanceada y placentera aporta los nutrientes necesarios para mantener la energía durante el día, según destaca Jaeger. -
Exposición a la luz natural
Salir al aire libre y recibir luz solar ayuda a regular el ritmo circadiano, mejorando el estado de ánimo y la calidad del sueño nocturno. -
Atención plena
Incorporar prácticas de meditación o yoga por la mañana contribuye a reducir el estrés y mejorar el descanso. -
Ambiente adecuado para dormir
Un espacio oscuro, fresco y silencioso favorece un sueño saludable. El uso de mascarillas, tapones y ventiladores puede ser útil cuando no se puede controlar el entorno. -
Nutrientes esenciales
Consumir alimentos ricos en vitamina D, omega-3 y glicina, como el salmón, mejora la calidad del sueño. -
Evitar alimentos y bebidas nocturnas
Es recomendable no ingerir comidas pesadas, alcohol ni cafeína antes de acostarse, facilitando la digestión y el descanso. -
Baños calientes
Tomar una ducha o baño caliente antes de dormir ayuda a disminuir la temperatura corporal, favoreciendo un sueño más rápido y profundo. -
Monitorear nutrición y sueño
Registrar hábitos alimenticios y de descanso permite identificar y corregir factores que afectan la calidad del sueño.
Adoptar estas recomendaciones puede transformar la experiencia matutina, ayudando a enfrentar el día con mayor energía y menos sensación de fatiga, en contraste con el efecto contraproducente de dormir hasta tarde.
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