Dormir más horas de lo habitual para compensar el cansancio puede parecer una solución efectiva, pero expertos advierten que esta práctica puede alterar el ritmo circadiano y generar efectos negativos sobre la salud y los niveles de energía a lo largo del día.

La nutricionista registrada Melissa Jaeger explicó a EatingWell que prolongar el sueño más allá del horario habitual puede causar una “resaca de sueño”, caracterizada por baja energía y dificultad para concentrarse. Además, alertó que la costumbre de posponer la alarma interrumpe el ciclo natural del sueño, impidiendo un despertar reparador y provocando que las actividades diarias se perciban más demandantes.

Para evitar estos efectos, Jaeger recomendó mantener una rutina de descanso constante, clave para el bienestar físico y mental.

10 acciones sencillas para recuperar la energía diaria

  1. Hidratación matutina
    Comenzar el día con un vaso de agua ayuda a combatir la deshidratación, que afecta la calidad del sueño. La especialista Jessica Cording aconseja beber agua antes del café para optimizar las funciones corporales desde temprano.

  2. Ejercicio matutino
    Realizar actividad física en la mañana, como caminatas, yoga o entrenamiento de fuerza, estimula el flujo sanguíneo y la liberación de endorfinas, aumentando la vitalidad y reduciendo la fatiga.

  3. Desayuno nutritivo
    Una primera comida balanceada y placentera aporta los nutrientes necesarios para mantener la energía durante el día, según destaca Jaeger.

  4. Exposición a la luz natural
    Salir al aire libre y recibir luz solar ayuda a regular el ritmo circadiano, mejorando el estado de ánimo y la calidad del sueño nocturno.

  5. Atención plena
    Incorporar prácticas de meditación o yoga por la mañana contribuye a reducir el estrés y mejorar el descanso.

  6. Ambiente adecuado para dormir
    Un espacio oscuro, fresco y silencioso favorece un sueño saludable. El uso de mascarillas, tapones y ventiladores puede ser útil cuando no se puede controlar el entorno.

  7. Nutrientes esenciales
    Consumir alimentos ricos en vitamina D, omega-3 y glicina, como el salmón, mejora la calidad del sueño.

  8. Evitar alimentos y bebidas nocturnas
    Es recomendable no ingerir comidas pesadas, alcohol ni cafeína antes de acostarse, facilitando la digestión y el descanso.

  9. Baños calientes
    Tomar una ducha o baño caliente antes de dormir ayuda a disminuir la temperatura corporal, favoreciendo un sueño más rápido y profundo.

  10. Monitorear nutrición y sueño
    Registrar hábitos alimenticios y de descanso permite identificar y corregir factores que afectan la calidad del sueño.

Adoptar estas recomendaciones puede transformar la experiencia matutina, ayudando a enfrentar el día con mayor energía y menos sensación de fatiga, en contraste con el efecto contraproducente de dormir hasta tarde.

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