En un nuevo ataque contra la oposición, el dictador venezolano Nicolás Maduro lanzó graves acusaciones contra la líder opositora María Corina Machado, a quien responsabilizó indirectamente por los recientes disturbios poselectorales. Según el mandatario, sus adversarios habrían destinado más de mil millones de dólares para desestabilizar al país e intentar tomar el poder tras las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
“Se gastaron más de mil millones de dólares para asaltar el poder en Venezuela. Pero la fusión popular, militar y policial perfecta no los dejó. No pudieron, ni podrán. Ni hoy, ni mañana, ni nunca”, afirmó Maduro durante un acto oficial, sin aportar pruebas de las cifras mencionadas.
Ofensiva verbal contra Machado
Aunque no la nombró directamente, Maduro se refirió a María Corina Machado como “la diabla perversa”, acusándola de intentar “llenar de caos a Venezuela”. Afirmó que las protestas del 29 y 30 de julio, ocurridas tras la jornada electoral, formaban parte de un plan de desestabilización y violencia orquestado por la oposición, e incluso sugirió la participación de mercenarios no identificados.
Maduro reiteró su discurso habitual contra sus rivales políticos, acusándolos de promover “violencia, guarimba, amenaza, desestabilización, guerra psicológica, guerra económica”.
Cabello sugiere posible detención de Machado
A estas declaraciones se sumó el ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, quien lanzó una velada amenaza contra la líder opositora. Consultado sobre una posible detención de Machado, respondió: “Todo tiene su momento y nadie es intocable”.
Esta afirmación ha sido interpretada como una advertencia, similar al caso del dirigente Leopoldo López, arrestado en 2014. Cabello también acusó a la oposición de mantener vínculos con bandas criminales y el narcotráfico, alegando que habrían financiado actos violentos para sabotear el proceso electoral del 25 de mayo.
Como presunta evidencia, el funcionario citó un documento hallado en una agenda del dirigente opositor Juan Pablo Guanipa, el cual incluiría supuestos planes para desconocer los resultados electorales y atacar embajadas y oficinas de la ONU en Caracas.
Reacciones y preocupación internacional
Estas declaraciones han intensificado la polarización política en Venezuela. Mientras el gobierno insiste en denunciar una conspiración interna y externa para desestabilizar al país, la oposición sostiene que se trata de una campaña de difamación para justificar una nueva ola de represión.
Organismos internacionales han expresado preocupación por el nivel de confrontación política y han llamado al diálogo. También alertan sobre posibles violaciones de derechos humanos si se concreta la persecución judicial contra líderes opositores.
Entretanto, la comunidad internacional continúa siguiendo de cerca el desarrollo de la situación política en Venezuela, en un contexto de alta tensión tras unas elecciones marcadas por denuncias de irregularidades y falta de transparencia.
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