La figura de Jesús de Nazaret continúa generando interrogantes, tanto entre creyentes como entre quienes se acercan a su historia desde una perspectiva secular. Una de las preguntas más recurrentes es por qué, si su mensaje tenía una vocación universal, no llegó físicamente a América durante su vida. Con apoyo de herramientas de inteligencia artificial, como ChatGPT, es posible explorar las causas desde un enfoque contextual, abarcando dimensiones históricas, geográficas, culturales y teológicas.
Las razones detrás de la ausencia física de Jesús en América
Limitaciones históricas y geográficas
Durante el siglo I, el conocimiento geográfico de los pueblos mediterráneos —como judíos, romanos y griegos— no incluía al continente americano. América permanecía aislada, sin rutas marítimas conocidas ni tecnología naval suficiente para cruzar el océano Atlántico.
“Las embarcaciones de la época no estaban diseñadas para cruzar océanos. Los barcos eran pequeños y dependían de navegación costera”, explica ChatGPT, señalando que un viaje trasatlántico era impensable con los recursos disponibles en ese contexto.
Tampoco existía interacción cultural entre las civilizaciones mediterráneas y los pueblos precolombinos, como los mayas, olmecas o aztecas. ChatGPT subraya: “América albergaba civilizaciones avanzadas, pero estas culturas no tenían interacción ni conocimiento de las civilizaciones mediterráneas.” Esta desconexión geográfica y cultural explica por qué América no figuraba en el escenario del ministerio de Jesús.
Contexto cultural y misión religiosa
La predicación de Jesús se enmarcó dentro de la tradición judía y se dirigió principalmente al pueblo de Israel. En Mateo 15:24, Jesús afirma: “No he sido enviado, sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”, lo cual refuerza la idea de una misión centrada en su propio entorno cultural y religioso.
Desde el punto de vista profético, su nacimiento debía cumplir con las escrituras hebreas: nacer en Belén, en la región de Judea, y ser descendiente del rey David (Miqueas 5:2). América, al estar fuera de este contexto, no formaba parte del cumplimiento de dichas profecías.
La expansión de su mensaje fue concebida como una misión de sus discípulos. Según Mateo 28:19-20: “Vayan y hagan discípulos de todas las naciones.” Esta orden indica que la difusión del cristianismo no dependía de la presencia física de Jesús en todos los territorios, sino de la labor evangelizadora de sus seguidores.
Perspectiva teológica y proyección universal
Desde un enfoque teológico, la misión de Jesús es vista como universal, pese a que su encarnación ocurrió en un lugar y momento concretos. ChatGPT aclara que esto “no significa que su mensaje estuviera limitado geográficamente, sino que se esperaba que alcanzara a todas las culturas a través de la acción de sus seguidores.”
El nacimiento de Jesús en Judea fue estratégico: se trataba de una región bajo dominio romano, con acceso a redes comerciales y culturales que facilitaron la rápida difusión del cristianismo por el Mediterráneo.
Además, aunque Jesús no viajó a América, su mensaje llegó siglos más tarde, a través de la evangelización promovida por los europeos tras el descubrimiento del continente en el siglo XV. Este proceso transformó profundamente las creencias religiosas de las sociedades originarias.
Según ChatGPT, en el siglo I “estas sociedades no formaban parte del mundo mediterráneo ni del contexto que dio origen al cristianismo”, lo cual refuerza que la ausencia de Jesús en América no responde a una omisión teológica, sino a un marco histórico-cultural claramente delimitado.
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