El estreno del live-action de Lilo & Stitch de Walt Disney Pictures fue un éxito de taquilla durante su primer fin de semana, pero también generó polémica entre los seguidores de la película animada original. Aunque conserva ciertos elementos centrales, esta nueva versión introduce cambios significativos que no pasaron desapercibidos para los fans más acérrimos.
Algunas modificaciones son menores, como el hecho de que Pleakley ya no se viste de mujer, aunque su representación conserva ciertos matices del personaje original. Sin embargo, otros ajustes son más controversiales, como la ausencia de Gantu, el imponente agente de la Federación Galáctica que funcionaba como antagonista en el tercer acto del filme de 2002. Cabe recordar que aquella versión animada sufrió importantes reestructuraciones durante su producción: originalmente, el clímax involucraba un avión secuestrado, lo cual fue modificado tras los atentados del 11 de septiembre.
Más allá de estos detalles, uno de los cambios más debatidos se centra en el final de la nueva película. En la versión de 2002, Nani (interpretada por Sydney Agudong en la nueva entrega) logra impedir que el asistente social y ex agente de la CIA Cobra Bubbles (Ving Rhames en la original, Courtney B. Vance en el remake) le quite la custodia de su hermana menor, Lilo (Maia Kealoha). Finalmente, la familia queda bajo la protección de la Federación Galáctica. En cambio, en la adaptación de acción real, Nani toma la decisión de transferir la custodia a su vecina Tutu (Amy Hill), una figura maternal que cuida de las niñas mientras Nani intenta ingresar a la universidad.
Esta reconfiguración plantea un conflicto moral: ¿puede Nani abandonar a su hermana por su desarrollo personal sin traicionar el principio de ohana? El remake representa a Nani como una joven recién graduada de secundaria, que lucha por sostener a su pequeña familia. Con la ayuda de Tutu y la Sra. Kekoa (Tia Carrere), se plantea una solución más realista: permitir que Lilo viva una infancia plena mientras Nani busca forjar un futuro mejor para ambas.
Desde su estreno, la película ha sido objeto de un intenso debate cultural en Internet. Aunque mantiene el hilo conductor en torno al concepto hawaiano de ohana, que significa “familia” y enfatiza que “nadie queda atrás ni se olvida”, la reinterpretación de ese valor genera divisiones. La decisión de Nani se percibe por algunos como una traición a ese principio central, especialmente dentro del contexto histórico de la relación entre Hawái y Estados Unidos.
El uso de la canción tradicional “Aloha ‘Oe”, interpretada por Nani en ambas versiones, refuerza este trasfondo cultural. Compuesta por la última monarca hawaiana, Liliʻuokalani, la pieza se ha convertido en símbolo del dolor por la pérdida de soberanía de Hawái tras su anexión por Estados Unidos. En ese sentido, Lilo & Stitch, tanto en su versión original como en el remake, puede leerse como una crítica velada al colonialismo y a los sistemas que separan a las familias.
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