Un equipo de científicos de tres destacadas universidades europeas ha revolucionado una de las predicciones más conocidas sobre el futuro del cosmos: la colisión entre la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda ya no sería un destino asegurado.
El estudio, publicado en la revista Nature, se basó en más de 100.000 simulaciones galácticas desarrolladas con datos actualizados de los telescopios espaciales Hubble y Gaia. Las conclusiones marcan un giro importante respecto a lo que la astronomía había sostenido durante años: la posibilidad de una fusión directa entre ambas galaxias ha caído a solo un 2% dentro de los próximos cinco mil millones de años.
La investigación fue liderada por el astrofísico Till Sawala, de la Universidad de Helsinki, quien explicó que el elemento clave en este nuevo modelo es la Gran Nube de Magallanes, un satélite galáctico de la Vía Láctea que, a pesar de representar apenas un 15% de su masa, genera una perturbación gravitacional suficiente para modificar la trayectoria de nuestra galaxia.
- “Siempre asumimos que el choque con Andrómeda era inevitable. Hoy sabemos que esa conclusión ya no es tan sólida”, señaló la profesora Alis Deason, del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham.
En más de la mitad de los escenarios simulados, ambas galaxias se encuentran, pero sin colisionar de inmediato. En estos casos, la energía orbital se va disipando lentamente, lo que podría derivar en una eventual fusión dentro de ocho a diez mil millones de años, mucho después de que el Sol haya dejado de existir.
El cosmólogo Carlos Frenk, también parte del equipo de investigación, subrayó que estos resultados no desmienten estudios previos, sino que amplían el marco de análisis gracias al uso de datos más precisos y modelos computacionales más sofisticados.
- “Simular con tanta precisión el destino de estructuras galácticas gigantescas es una demostración de lo lejos que ha llegado la ciencia. Y ahora, ese destino podría ser muy distinto al que imaginábamos”, expresó Frenk.
Un nuevo destino para la Vía Láctea
Este descubrimiento no solo replantea el desenlace de nuestra galaxia, sino que cambia la narrativa sobre el futuro del sistema solar y del universo local. Si bien una eventual interacción con Andrómeda sigue siendo posible, el escenario de un choque cósmico frontal ya no es la certeza que durante décadas pareció ser.
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