El Pentágono habría fomentado deliberadamente la difusión de teorías sobre objetos voladores no identificados (ovnis) como parte de una estrategia de desinformación para ocultar el desarrollo de tecnologías militares secretas. Así lo revela una reciente investigación publicada por el diario The Wall Street Journal, basada en entrevistas con exfuncionarios, científicos, contratistas militares y la revisión de miles de documentos desclasificados.
Una estrategia que se remonta a la Guerra Fría
Según el informe, esta práctica se habría originado en la década de 1950, en plena Guerra Fría, cuando Estados Unidos intensificaba el desarrollo de sistemas armamentísticos avanzados ante la amenaza soviética. En lugar de negar los avistamientos de fenómenos inexplicables, autoridades militares optaron por alimentar el interés público en teorías extraterrestres para desviar la atención de los ensayos con prototipos ultrasecretos.
Uno de los casos más emblemáticos ocurrió en la década de 1980, cuando un coronel retirado de la Fuerza Aérea entregó al dueño de un bar cercano a la famosa Área 51, en Nevada, unas fotografías que supuestamente mostraban naves alienígenas. Las imágenes fueron exhibidas en el local y alimentaron el mito durante años, hasta que el propio coronel reconoció que las fotos eran falsas y formaban parte de una operación de encubrimiento destinada a proteger programas como el del F-117 Nighthawk, avión furtivo que más tarde sería utilizado en la Guerra del Golfo.
El papel de la Oficina de Resolución de Anomalías
Estas revelaciones coinciden con las indagaciones de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO), un organismo del Departamento de Defensa creado para estudiar fenómenos aéreos no identificados y esclarecer teorías conspirativas. En 2024, la oficina publicó un informe de 63 páginas que concluía que no existen pruebas de vida extraterrestre, aunque no abordaba directamente la posible implicación del propio Pentágono en la creación de estas narrativas.
Ahora, el trabajo de The Wall Street Journal sugiere que durante décadas, el Departamento de Defensa alentó historias sobre abducciones, viajes en el tiempo y contactos alienígenas como parte de un esfuerzo consciente por mantener en secreto programas armamentísticos clasificados.
Debate sobre transparencia y manipulación
Estas revelaciones reabren el debate sobre la transparencia del Gobierno estadounidense en relación con los fenómenos aéreos no identificados y el uso de estrategias de desinformación para fines militares. La posibilidad de que el propio Estado haya promovido teorías conspirativas genera preocupación entre expertos, ciudadanos y legisladores que exigen mayor claridad en torno a los programas de defensa clasificados.
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