Un siglo después de su nacimiento (21 de octubre de 1925), la cubana Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso —»Celia Cruz»— mantiene intacto su reinado. Reconocida como «la reina de la salsa», esta artista de origen humilde y voz potente trascendió fronteras, dejando un legado que hoy atrae a nuevas generaciones pese a 22 años desde su partida física (16 de julio de 2003).
Su vigencia se explica en cinco claves:
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Energía indomable: «El trabajo es lo que me da energía», solía decir cuando le preguntaban sobre su retiro. Comenzó en los 40 con la Sonora Matancera en Cuba, y tras exiliarse en 1958 en Nueva York, se convirtió en columna del naciente movimiento salsa.
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Iconografía revolucionaria: Con pelucas multicolores, tacones de vértigo y vestidos fastuosos creados por su estilista Ruth Sánchez, su imagen fue tan rupturista como su arte.
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Alianzas legendarias: Se asoció con Cortijo e Ismael Rivera, Tito Puente («rey del timbal»), Fania All Stars, Johnny Pacheco y Willie Colón, impulsando la salsa global.
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Grito identitario: Su emblemático «¡Azúúúcaaar!» —símbolo de resistencia y alegría— quedó grabado en la memoria colectiva.
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Exilio con orgullo: Cantó en español en EE.UU., país que la acogió y donde, como destaca la escritora Aurora Flores a EFE, «siempre estuvo orgullosa de su negritud».
Huellas en concreto:
Nueva York la inmortaliza en murales como «La reina Celia» (calle 103/Lexington) y «La vida es un carnaval» (frente al restaurante «Amor Cubano»), ambos en El Barrio. Tiene una calle y una escuela con su nombre en El Bronx, donde descansa junto a su esposo Pedro Knight.
Reconocimientos sin precedentes:
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Primera afrolatina en una moneda estadounidense.
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Figura en el paseo de la fama del Teatro Apollo.
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Estampilla del Servicio Postal de EE.UU.
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Muñeca Barbie por Mattel.
Homenajes del centenario (2025):
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Concierto en Central Park (9 de agosto) con Isaac Delgado, Aymée Nubiola y Brenda Navarrete.
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Callao (Perú): Calle con su nombre y estatua.
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República Dominicana: Musical y concierto global el 21 de octubre (transmitido por múltiples canales).
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Reediciones en vinilo, exposiciones y programas especiales.
Frase final: Como ella cantó en «Yo viviré» —y hoy confirman sus murales, monedas y festejos—, Celia sigue viva «en el alma de mi gente, en el cuero del tambor, en las manos del conguero, en los pies del bailador».
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