La serie “Game of Thrones”, producida por HBO y basada en la saga literaria Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin, transformó el estándar de las adaptaciones televisivas de alto presupuesto, especialmente en sus últimas temporadas, cuando alcanzó valores de producción propios de una superproducción cinematográfica.
Además de su despliegue técnico y narrativo, la ficción creada por David Benioff y D. B. Weiss también dejó huella por introducir el término sexposition: una técnica de guion y rodaje que combina información clave de la trama con escenas de sexo explícito, buscando mantener el interés del espectador.
Uno de los rostros centrales de estas secuencias fue el de Emilia Clarke, quien interpretó a Daenerys Targaryen. La actriz británica ha hablado en diversas ocasiones sobre su experiencia al filmar desnudos, especialmente en las primeras temporadas, y ha reconocido que la situación terminó por saturarla. Al poco tiempo de obtener el papel, se dio cuenta de lo “aterrador” que resultaba para ella grabar escenas de ese tipo.
Clarke también ha elogiado a su compañero Jason Momoa (Khal Drogo), por su actitud protectora durante las filmaciones: “Me cuidaba en el set”, aseguró. Sin embargo, para ella, la escena más difícil de interpretar no fue con él.
“Curiosamente, la escena más incómoda de filmar para mí fue la escena ligeramente lésbica con Roxanne [McKee]. Eso fue lo más complicado que hice. No sé por qué en particular, creo que fue porque a Dany le resultó complicado”, confesó la actriz.
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