El Gobierno decidió adelantar la incorporación de los cambios metodológicos en la medición de la pobreza a la Encuesta Casen 2024, a pesar de que originalmente se había planteado que entrarían en vigencia recién en 2026. Así lo han transmitido a los integrantes de la Comisión Asesora para la Medición de la Pobreza, organismo creado en enero de 2023 y que actualmente se encuentra afinando su informe final.

La comisión, presidida por el economista Osvaldo Larrañaga e integrada por un grupo transversal de diez expertos y expertas, fue convocada por el Ejecutivo para revisar la metodología vigente en la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen) y proponer una actualización en los parámetros de medición de pobreza por ingresos y pobreza multidimensional.

Tres cambios clave en la metodología

Entre las modificaciones principales que contendrá el nuevo enfoque destacan tres ajustes fundamentales que podrían implicar un aumento en las cifras de pobreza registradas:

  1. Doble medición con y sin alquiler imputado:
    Actualmente, los hogares propietarios reciben una estimación de ingreso adicional por no pagar arriendo, lo que se conoce como «alquiler imputado». Este valor, calculado con base en precios de mercado del entorno, ha generado distorsiones, especialmente entre los hogares más vulnerables que son dueños de sus viviendas debido a políticas habitacionales pasadas. Para subsanar este efecto, la comisión propondrá una medición paralela: una que considere el alquiler imputado y otra que no, permitiendo una estimación más precisa del bienestar real.

  2. Nueva canasta básica de alimentos más saludable:
    La actual canasta alimentaria privilegia el cumplimiento de las 2.000 calorías mínimas diarias, sin distinguir la calidad nutricional de los productos. Esto ha llevado a una alta presencia de alimentos ultraprocesados en su composición. Con los nuevos criterios, se incorporarán más frutas, verduras, legumbres y granos, con el objetivo de reflejar no solo calorías, sino también valor proteico y nutricional.

  3. Medición con precios observados:
    Hasta ahora, la metodología seleccionaba el 20% de los productos más baratos para construir la canasta alimentaria, bajo la premisa de que los hogares pobres priorizan precios bajos. Sin embargo, los expertos califican este supuesto como «optimista», y proponen utilizar precios observados en terreno, más representativos de las condiciones reales de consumo.

Cambios en la medición multidimensional

Además de los ajustes en la medición por ingresos, la comisión propondrá una revisión de la medición de pobreza multidimensional, incorporando criterios más exigentes en dimensiones como educación, vivienda y empleo. También se contempla una evaluación del formato, la frecuencia de medición y el sistema de gobernanza del instrumento.

Posible alza en la pobreza

De acuerdo con quienes han trabajado en la propuesta, los nuevos criterios —más estrictos— podrían traducirse en un aumento en las tasas de pobreza, tanto en su versión por ingresos como en la multidimensional. Esto marcaría un giro respecto a los resultados de la Casen 2022, donde la pobreza por ingresos cayó a su menor nivel histórico (6,5%), con solo 1,29 millones de personas bajo la línea de pobreza. En esa misma medición, la pobreza multidimensional retrocedió a 16,9%, desde el 20,3% registrado en 2017.

Próximos pasos

La Comisión Asesora se encuentra en la fase final de redacción del informe, el cual será presentado durante junio. Aunque aún no hay una fecha oficial para su publicación, se espera que los cambios sean comunicados públicamente en las próximas semanas, antes del inicio del trabajo de campo de la Casen 2024.

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