Un equipo de astrónomos ha detectado una imagen sin precedentes de un antiquísimo agujero negro supermasivo expulsando un poderoso chorro de energía hacia los confines del universo primitivo. El hallazgo fue posible gracias a la combinación del telescopio espacial Chandra de la NASA y el Very Large Array (VLA) Karl G. Jansky, dos de los instrumentos más avanzados en la exploración del cosmos.

El descubrimiento está relacionado con la observación del cuásar J1610+1811, cuya luz brilla a unos 11.600 millones de años luz de la Tierra. Lo fascinante es que el chorro de energía que emana de este agujero negro interactúa directamente con la radiación cósmica de fondo (CMB), es decir, el resplandor residual del Big Bang, amplificando la energía de los fotones hasta niveles de rayos X.

Un hallazgo que arroja luz sobre el universo temprano

La luz detectada viaja casi a la velocidad de la luz, lo que provoca un fenómeno físico conocido como relatividad especial. Este efecto genera un intenso brillo cuando el chorro apunta hacia la Tierra, dificultando, en cambio, su estudio cuando se aleja, debido a la pérdida de luminosidad.

  • El chorro de J1610+1811 es notablemente poderoso y transporta aproximadamente la mitad de la energía que emite el gas caliente que orbita el agujero negro”, señaló la NASA en un comunicado oficial.

El descubrimiento no solo destaca por su carácter visual, sino también por las implicancias científicas que posee. Los astrónomos consideran que estos fenómenos podrían ofrecer pistas clave sobre el ‘mediodía cósmico’, una etapa crítica en la evolución del universo en la que los agujeros negros supermasivos influyeron en la formación galáctica y en la distribución de la radiación cósmica.

Tecnología clave para comprender el origen del universo

El hallazgo fue posible gracias al uso simultáneo de dos observatorios potentes: el telescopio espacial de rayos X Chandra, operado por la NASA, y el radiotelescopio VLA, actualmente en riesgo de cierre por falta de fondos.

El hecho de que el chorro haya sido detectado gracias a su interacción con la luz del Big Bang representa un avance sin precedentes en la exploración del universo profundo y confirma la posibilidad de estudiar el impacto de los agujeros negros sobre el entorno cósmico en sus etapas más tempranas.

Implicaciones astronómicas

Los expertos consideran que este tipo de descubrimientos permitirá comprender mejor el rol de los agujeros negros en la expansión y evolución del universo. Se trata de una oportunidad única para observar fenómenos ocurridos hace más de 11.000 millones de años, gracias a la tecnología actual y al análisis de la radiación antigua.

  • Estamos viendo cómo los agujeros negros interactuaban con la radiación del Big Bang, modificándola y reemitiéndola como rayos X. Esto nos ayuda a reconstruir la historia del universo”, explicaron investigadores del proyecto.

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