Un equipo de investigadores de la Universidad de Nagoya y el Observatorio Astronómico Nacional de Japón logró determinar con precisión la edad cósmica de la galaxia GHZ2/GLASS-z12: apenas 367 millones de años después del Big Bang. La luz de esta galaxia ha viajado cerca de 13.500 millones de años hasta llegar a nosotros, lo que la convierte en el objeto más lejano y antiguo jamás observado.

Este hallazgo representa un respaldo clave para el telescopio espacial James Webb de la NASA, al confirmar su capacidad de observar en el universo profundo y detectar estructuras formadas durante las etapas más tempranas de la historia cósmica.

Galaxias con oxígeno: evidencia desde el universo primitivo

Gracias al uso de los 40 radiotelescopios del proyecto ALMA en Chile, el equipo también logró detectar una señal de radio que ha estado viajando durante el 97% de la edad del universo. El análisis espectroscópico identificó emisiones de oxígeno ionizado, cuya firma fue desplazada significativamente hacia el rojo debido a la expansión del universo. Esta evidencia permitió confirmar la gran distancia de la galaxia y verificar la existencia de galaxias muy primitivas previamente identificadas por el telescopio James Webb.

Debido a que el polvo interestelar puede hacer que algunas galaxias parezcan más lejanas de lo que realmente son, las observaciones directas de líneas espectrales de elementos específicos, como el oxígeno, resultan cruciales para confirmar sus distancias. El oxígeno fue elegido porque es un elemento común en galaxias tempranas, producto de procesos de formación estelar ocurridos poco después del Big Bang.

Validación desde la Tierra

“Las primeras imágenes del telescopio espacial James Webb revelaron tantas galaxias tempranas que sentimos que teníamos que probar sus resultados utilizando el mejor observatorio de la Tierra”, explicó Tom Bakx, investigador de la Universidad de Nagoya y autor principal del estudio. “Fue un momento muy emocionante para ser un astrónomo observacional”, añadió.

El estudio, publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, subraya que las observaciones de ALMA aportan evidencia sólida sobre la existencia de galaxias formadas apenas unos cientos de millones de años después del origen del universo. “Confirman los sorprendentes resultados del James Webb”, concluyó Bakx.

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