Un creciente cúmulo de información desclasificada y testimonios oficiales revela que gobiernos y fuerzas militares podrían haber fomentado la idea de extraterrestres para encubrir programas clasificados, desviar atención o proteger avances tecnológicos.
Area 51 y el mito intencionado
Un informe del Pentágono y reportes periodísticos señalan que en los años ‘80 se difundieron fotos manipuladas de “platillos voladores” para desviar la atención del desarrollo del caza furtivo F‑117 Nighthawk en el Área 51.
Incluso se crearon unidades ficticias como “Yankee Blue” para reforzar el mito y mantener en secreto los proyectos de alta tecnología militar.
Informes oficiales reconocen desinformación
La Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) admitió que muchos avistamientos ovni quedaron sin explicación –pero atribuidos a drones, globos o satélites–, y reveló que se usaron tácticas deliberadas de desinformación para proteger programas militares.
Igualmente, otro informe del Pentágono reveló que se mantuvo el mito OVNI para proteger secretos clasificados.
Material inédito y vigilancia selectiva
Videos filtrados de la Marina de EE.UU. muestran ovnis con maniobras inusuales, como objetos sin propulsión térmica ni firmas de calor.
Pero los investigadores oficiales sostienen que estos clips rara vez incluyen datos de sensores, y que falta rigor técnico para descartar explicaciones no extraterrestres .
Historias reales: Colares y Majestic‑12
En Brasil, el Incidente de Colares (1977) terminó siendo investigado por fuerzas armadas, con hallazgos clasificados por décadas.
Y documentos supuestamente filtrados en los ‘80 aluden a un comité ultrasecreto llamado Majestic‑12, creado por orden de Truman para investigar un supuesto crash en Roswell.
Persiste la incertidumbre
A pesar de los esfuerzos por desmitificar los OVNIs mediante explicaciones mundanas (globos, aves, drones o programas extranjeros), aún cientos de casos —entre 144 y más de 400 reportes— siguen sin explicación técnica satisfactoria.
Resumen y reflexiones
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El Pentágono admitió haber usado la narrativa OVNI para ocultar proyectos militares secretos.
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La AARO y el ODNI reconocen que hubo desinformación intencional y que muchos casos permanecen sin resolver.
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Grabaciones inusuales circulan, pero falta transparencia y datos completos para una conclusión firme.
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Historias como Colares o Majestic‑12 alimentan el misterio y las teorías de encubrimiento.
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Aunque muchos casos tienen explicaciones convencionales, quedan centenares de incidentes sin resolver, y el velo de misterio intencional mantiene viva la conspiración.
Este relato muestra cómo la interacción entre secretismo militar y fascinación pública ha alimentado una red de engaños y medias verdades, dificultando el conocimiento preciso. Lejos de ser solo un entretenimiento, pone en debate los límites éticos y democráticos del poder y la transparencia.
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