La Inteligencia Artificial dejó de ser un concepto exclusivo de la ciencia ficción. Hoy es una herramienta que redacta textos, crea poesía y responde en segundos, una tecnología que promete transformar industrias enteras. Pero junto a su crecimiento exponencial, emerge un riesgo poco discutido: su enorme costo energético y ambiental.

Según el periodista especializado en tecnología Steve Lohr, en un artículo publicado por The New York Times, estamos apenas empezando a experimentar con la IA, pero su impacto eléctrico ya es colosal. Las grandes tecnológicas están invirtiendo sumas descomunales para construir y alquilar centros de datos. Solo en 2024 se estima que se gastaron más de 105.000 millones de dólares en estas instalaciones, cuya demanda energética es inmensa.

Esto ha llevado a algunos expertos a plantear un escenario inquietante: incluso si la IA no se rebela contra la humanidad, podría contribuir a destruir el planeta debido a su voraz consumo de energía y su huella de carbono.

Un consumo “obsceno” y un dilema creciente

El problema es urgente. Las nuevas herramientas de IA generativa, como ChatGPT o Copilot, requieren diez veces más energía por consulta que una búsqueda estándar en Google, según cifras citadas por Lohr. Y con la proliferación de estas tecnologías, la situación podría empeorar.

Un informe de la Agencia Internacional de la Energía proyecta que la demanda de electricidad por parte de los centros de datos se duplicará con creces para 2026. Si estos centros continúan funcionando con combustibles fósiles —carbón o gas natural—, el incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero será inevitable.

Por eso, Lohr sostiene que la IA debe convertirse en una “tecnología verde” si se pretende evitar una crisis ambiental.

IA como parte de la solución

Paradójicamente, la misma tecnología que hoy representa un riesgo para el clima podría ser clave en su mitigación. Según escribió Lohr, la IA tiene el potencial de acelerar el descubrimiento científico y optimizar sectores estratégicos como el transporte, la agricultura o la producción energética, reduciendo sus emisiones contaminantes.

Un estudio del Boston Consulting Group, encargado por Google, estima que una implementación responsable de IA podría reducir entre un 5% y un 10% las emisiones globales para 2030.

El profesor de bioingeniería de Stanford, Drew Endy, ofreció otro enfoque en el NY Times: la IA puede impulsar el diseño biológico y encontrar combinaciones genéticas para una agricultura más eficiente y menos contaminante.

IA y minería verde: el caso Zanskar

También hay ejemplos concretos. En Estados Unidos, la startup Zanskar está utilizando IA para mejorar la exploración geotérmica, una fuente de energía limpia. Su cofundador, Carl Hoiland, explicó que actualmente el 90% de los proyectos geotérmicos fallan por perforar en ubicaciones erróneas. Con datos geológicos y algoritmos, Zanskar busca duplicar o triplicar la tasa de éxito, reduciendo así el desperdicio de recursos.

Además, la IA puede ayudar a ubicar metales estratégicos como el cobre, fundamental para la producción de vehículos eléctricos y otras soluciones climáticas.

La eficiencia como desafío

Históricamente, la tecnología ha logrado mejorar su eficiencia antes de volverse insostenible. Lohr recuerda el caso de la computación en la nube: en los años 2000, se temía un crecimiento energético incontrolable, pero la industria logró multiplicar su capacidad sin disparar el consumo: solo aumentó un 6%.

El exinvestigador del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, Jonathan Koomey, explicó en The New York Times que, tras el frenesí inicial, surgen incentivos para optimizar. Las grandes empresas ya están tomando medidas: están trasladando sus centros de datos a zonas frías, donde el aire natural actúa como refrigerante, y buscando fuentes de energía alternativas.

En ese contexto, el futuro de la Inteligencia Artificial no está solo en su capacidad de aprender y generar contenido, sino en su potencial para convertirse en una aliada del planeta o en una amenaza invisible, silenciosa y muy real.

  • Esta noticia fue redactada utilizando los adelantos técnicos propios de este sitio web. Se acepta cualquier reproducción en otro medio, ojalá citando la fuente:www.eldiariodesantiago.cl

/psg