El anhelado regreso de Eduardo Vargas a Universidad de Chile quedó, por ahora, descartado. Las conversaciones entre el delantero y la concesionaria Azul Azul no llegaron a buen puerto, cerrando de forma abrupta una operación que ilusionaba a la hinchada y a parte del cuerpo técnico. Por primera vez, un integrante de la Generación Dorada recibe un rechazo explícito en su intento de volver al club de sus orígenes.
Vargas arribó a Santiago la semana pasada junto a su pareja, sus mascotas y una veintena de maletas, lo que aceleró las tratativas. Sin embargo, desde el inicio hubo puntos de fricción. Según fuentes de Azul Azul, el delantero exigía bonos económicos ligados a rendimiento y objetivos, lo que excedía las posibilidades actuales del club.
Los principales obstáculos fueron tres: el salario solicitado, la duración del contrato (30 meses), y las condiciones planteadas por Vargas, que a sus 35 años pretendía mantenerse entre los sueldos más altos del plantel. Aunque las partes coincidieron en reducir sustancialmente el ingreso que Vargas percibía en Nacional de Uruguay (cerca de $80 millones mensuales), su expectativa de $47 millones no fue aceptada. El club ofreció un máximo de $25 millones.
Desde la sociedad anónima explican que el ajuste presupuestario fue clave: “Tienen que coincidir una serie de cosas: el momento del club, del jugador y el presupuesto. No podemos volvernos locos, tirar la casa por la ventana y después quebrar el club”, advirtió el director Aldo Marín.
A esta negativa se suma un antecedente que no fue olvidado en la interna del CDA. A comienzos de año, Vargas optó por jugar en Nacional pese a que la U ya lo tenía considerado con un salario relevante en su planificación 2025. Esa decisión derivó en la contratación de Lucas Di Yorio, delantero con un sueldo elevado, lo que condiciona aún más el margen para nuevos fichajes en el mismo puesto.
El técnico Gustavo Álvarez pidió considerar nuevamente al jugador antes del cierre de mercado el 10 de agosto. “Los mercados son para aprovecharlos; Vargas es un jugador que me interesa… está en la lista de futbolistas que pretendo traer, pero no es responsabilidad mía”, comentó. También destacó su rendimiento actual: “Está muy bien físicamente. Me parece un mediapunta de excelencia”.
A pesar de ese respaldo, el análisis institucional se impuso. Las cifras, el historial reciente del jugador —marcó solo dos goles en Uruguay y no completó los 90 minutos en ningún partido— y el recuerdo de decisiones anteriores terminaron por sellar la negativa.
Vargas retornó a Uruguay. Sin embargo, no volverá a competir con Nacional. Su objetivo ahora es mantenerse en forma mientras resuelve su futuro. “El ciclo de Vargas con Nacional ya está cerrado… Nos pidió entrenar para estar en forma física hasta que solucione el tema”, explicó Flavio Perchaman, exrepresentante y actual vicepresidente del club uruguayo.
Sobre las negociaciones fallidas con la U, Perchaman fue categórico: “La oferta que le hicieron no colmó las expectativas… parece que fue media ridícula. Él nos pidió volver, entrenar y estar en forma, y le dijimos que no había ningún problema”.
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/José Pablo Verdugo